
EQUIPO COMPLETO
DELIMITACION DEL PROBLEMA
Podemos definir suicidio como el acto voluntario de dar fin con la propia vida, AHORA ¿Qué NOS LLEVA AL SUICIDIO? ¿QUE SE PUEDE HACER PARA EVITAR LOS SUICIDIOS?
FORMULACION DE HIPOTESIS
Con esta concepción de la libertad, la convivencia social se deteriora profundamente. Si la promoción del propio yo se entiende en términos de autonomía absoluta, se llega inevitablemente a la negación del otro, considerado como enemigo de quien defenderse. De este modo la sociedad se convierte en un conjunto de individuos colocados unos junto a otros, pero sin vínculos recíprocos: cada cual quiere afirmarse independientemente de los demás, incluso haciendo prevalecer sus intereses. Sin embargo, frente a los intereses análogos de los otros, se ve obligado a buscar cualquier forma de compromiso, si se quiere garantizar a cada uno el máximo posible de libertad en la sociedad. Así, desaparece toda referencia a valores comunes y a una verdad absoluta para todos; la vida social se adentra en las arenas movedizas de un relativismo absoluto. Entonces todo es pactable, todo es negociable: incluso el primero de los derechos fundamentales, el de la vida.
MARCO TEORICO
Durante la adolescencia, etapa de desarrollo por la que atraviesa todo individuo, se presentan en los jóvenes cambios difíciles que les producen ansiedad y depresión hasta llegar, en muchas ocasiones, a una tentativa de suicidio. Este intento plantea el problema de la depresión como vivencia existencial y como una verdadera crisis de la adolescencia. La manipulación de la idea de la muerte en el joven suele ser frecuente, pero debe hacerse la diferencia entre el adolescente que piensa en el suicidio como una llamada de auxilio, como una manera de comunicar su descontento a los demás, el que ve el suicidio como una idea romántica y aquél que realmente lo lleva a cabo. Si cerca de nosotros se encuentra algún adolescente cuyo comportamiento indique que intentará suicidarse, atendamos sus señales, pues podemos darle el apoyo necesario para superar su problema.
El suicidio de los adolescentes es un tema que suele callarse y evadirse pues impacta y cuestiona el sistema familiar y social en que vivimos; sin embargo, es importante conocer y reflexionar en las causas que llevan a un joven a su autodestrucción, así como saber cuál es el significado de este acto y cómo puede prevenirse.
Vinoda, uno de los expertos en el tema, dice que el suicidio es un fenómeno complejo que comprende factores físicos, sociales y psicológicos que actúan e interactúan; sin embargo, la forma en que el individuo se relaciona con su medio ambiente y cómo afecta este último su personalidad, son causas que determinan que el individuo intente suicidarse o no.
Todos los suicidios y los intentos suicidas hablan de una crisis emocional, de una perturbación en la forma en que se vive, de un desacuerdo social, además de otros factores adicionales que revisaremos más adelante.
El suicidio es el resultado de un acto de la víctima dirigido contra su propia vida, acto que puede ser una lesión autoproducida o suicidio, o la realización de una actividad extremadamente peligrosa que, con toda probabilidad, conduce a un accidente fatal. Otro tipo de suicidio es el que se conoce como submeditado, en donde la intención de morir no es consciente, de manera que la víctima -sin reconocerlo- se autodestruye lentamente. Es el caso de las personas que padecen una enfermedad provocada por sentimientos negativos o estados emocionales que afectan la salud física. Otra forma indirecta de autodestrucción consiste en la ingestión de substancias dañinas para la salud como drogas, alcohol y tabaco.
Schneiderman clasifica la conducta suicida en cuatro tipos:
1. La conducta suicida impulsiva, que generalmente se presenta después de una desilusión, de una frustración o de fuertes sentimientos de enojo;
2. la sensación de que la vida no vale la pena, sentimiento que suele resultar de un estado depresivo. Aquí, el adolescente considera que sus sentimientos de minusvalía y desamparo nunca desaparecerán;
3. una enfermedad grave, que puede llevar al individuo a pensar que "no hay otra salida", y
4. el intento suicida como medio de comunicación, en donde el joven no desea morir pero, quiere comunicar algo por medio del
suicidio y, así, cambiar la forma en que lo tratan las personas que lo rodean. También puede ser un intento por atraer el interés de los demás o un medio para expresar sus sentimientos de enojo.
Farberow menciona que, en la gran mayoría de los casos de suicidio, suele haber un elemento de comunicación en el comportamiento del adolescente y que, generalmente, éste exterioriza llamadas previas de auxilio. Dicha comunicación puede presentarse en forma verbal, por medio de amenazas o de fantasías; o no verbal, en donde surgen desde verdaderos intentos de autodestrucción hasta comportamientos dañinos menos inmediatos y menos directos. Estas llamadas de auxilio se dirigen frecuentemente a personas específicas con el objeto de manipular, controlar o expresar algún mensaje a dichas personas, y con ello se espera provocar una respuesta particular. El joven intenta producir acciones o sentimientos particulares en las personas que lo rodean o pretende avergonzar o despertar sentimientos de culpa en ellos.
La adolescencia, como etapa de desarrollo de todo individuo, es una etapa dolorosa en que el joven pasa por cambios difíciles que le producen ansiedad y depresión. Por esto, la tentativa del suicidio es una de las conductas más significativas del adolescente. Por el contexto depresivo que la envuelve, la tentativa de suicidio plantea el problema de la depresión como vivencia existencial y como una verdadera crisis durante la adolescencia. La manipulación de la idea de muerte en el joven suele ser frecuente; sin embargo, hay que distinguir entre el adolescente que piensa en el suicidio, inclusive como una idea «romántica», y aquél que realmente lo lleva a cabo.
Durante esta etapa, el adolescente se siente muy inseguro en razón de su desarrollo corporal y, en ocasiones, puede llegar a sentir «que su cuerpo es algo aparte de él». De hecho, siente la necesidad de dominar su cuerpo que se encuentra en constante cambio; pero como puede vivir su cuerpo como un objeto casi externo y extraño, siente que en el momento del intento suicida su cuerpo no es el que realmente recibe la agresión ni que canaliza hacia él sus tendencias agresivas y destructivas. Por otro lado, durante la adolescencia, el individuo abandona gran parte de sus ideas e imágenes infantiles, tan importantes para él durante todo su desarrollo anterior. De esta manera el intento suicida puede ser la representación de su trabajo de duelo. De acuerdo con Aberastury, durante la adolescencia se elaboran tres duelos básicos: a) el duelo por el cuerpo infantil, b) el duelo por la identidad y el rol infantil, y c) el duelo por los padres infantiles, es decir, el duelo por la imagen con que percibía a sus padres durante la infancia. En una situación ideal, la elaboración de estos duelos permitirá que el adolescente continúe con su desarrollo.
El suicidio de los adolescentes puede tener varios significados, aparte de los mencionados. Éstos son aplicables a todas las edades de la vida, pero debe advertirse que, en función de la madurez del individuo, hay significados que se aplican preferentemente a ciertos períodos de la vida.
Beachler describe varios significados posibles:
1. La huida, es decir, el intento de escapar de una solución dolorosa o estresante mediante el atentado en contra de su vida, ya que ésta se percibe como insoportable;
2. el duelo, cuando se atenta contra la vida propia después de la pérdida de un elemento importante de la persona;
3. el castigo, cuando el intento suicida se dirige a expiar una falta real o imaginaria. Aquí el joven se siente responsable por un acto negativo y desea autocastigarse para mitigar la culpa;
4. el crimen, cuando el joven atenta contra su vida, pero también desea llevar a otro a la muerte;
5. la venganza, es decir, cuando se atenta contra la vida para provocar el remordimiento de otra persona o para infligirle la desaprobación de la comunidad; 6. la llamada de atención y el chantaje, cuando mediante el intento suicida se intenta ejercer presión sobre otro;
7. el sacrificio, en donde se actúa contra la vida para adquirir un valor o un estado considerado superior, es morir por una causa, y
8. el juego, común en los adolescentes, cuando se atenta contra la vida para probarse a sí mismo o a los demás que se es valiente y parte del grupo.
Kovacs, por su parte, menciona que no puede considerarse la conducta suicida del joven como un acto plenamente dirigido por el deseo de morir; dice que el intento suicida involucra un debate interno, una lucha entre el deseo de morir y el de seguir vivo. El adolescente que intenta suicidarse, lucha internamente entre ambos deseos. Este dato es importante para las personas que desean ayudar a los adolescentes, pues se sabe que en su interior sí existe un deseo de seguir viviendo.
Por otro lado, algunos autores consideran que la impulsividad propia del adolescente explica en parte el acto suicida. Así, mientras mayor sea la impulsividad de un individuo, mayor será la posibilidad de autodestrucción. Sin embargo, para Haim, el factor más significativo del adolescente que intenta suicidarse, es su incapacidad interna de elaborar y superar los procesos de pérdida y duelo por los que pasa, de manera que prolonga sus sentimientos de decepción y dolor. A su vez, Peck encontró una relación entre la incapacidad del joven para manejar las situaciones angustiantes y la tendencia al suicidio, y una preocupación excesiva con respecto al fracaso. Así, la conducta autodestructiva puede entenderse como un mecanismo utilizado por algunos jóvenes para manejar tanto el estrés como las situaciones indeseables en la vida.
DESARROLLO DEL TEMA
En toda conducta destructiva existe una buena cantidad de agresión que puede dirigirse hacia adentro; es el caso de los estados depresivos y las tendencias autodestructivas; o dirigirse hacia afuera, por medio de actos delictivos o agresivos. Desde el punto de vista "interaccional", se ha aceptado que cuando la agresión se dirige hacia afuera, se establece una relación entre el que agrede (en este caso el adolescente) y quien recibe la agresión. Como la interacción puede darse en muchos niveles, desde el verbal hasta el físico, las dos personas o grupos que interactúan en este juego de agresión, lo hacen de la misma forma en que manejan el resto de su relación (la cual originalmente promovió la agresión) y, con seguridad, caerán en un círculo vicioso. Es decir, si el adolescente percibe cierto rechazo o la situación familiar le provoca sentimientos de enojo y de agresión, expresará estos sentimientos o el rechazo por diversos medios; a su vez la familia recibirá estas expresiones agresivas de la misma forma, lo que fomentará una mayor agresión hacia el joven y de esta manera se alimentará un círculo vicioso en donde se requiere de una verdadera comunicación para romper la cadena de agresiones. En caso de que el suicidio ocurra dentro de un contexto interaccional como éste, se observa que el comportamiento autodestructivo es un medio para comunicarle a los demás sentimientos, demandas o súplicas que el adolescente no sabe expresar de otra manera. Por lo tanto, el comportamiento autodestructivo se convierte en una comunicación con un propósito determinado y con un contenido dirigido hacia un público específico.
La seriedad del intento suicida radica en lo que el joven hace o deja de hacer para ser descubierto antes de morir. Si el fin del acto es comunicar un estado de descontento en general, el joven provocará ser descubierto antes de alcanzar su cometido de morir; sin embargo, aunque esta actuación es de menor gravedad que la de un adolescente que arregla todo para no ser descubierto, siempre debe prestarse la atención debida y ayudar al joven a elaborar y superar la crisis por la que pasa.
¿Pero qué factores familiares pueden llevar a un joven a desear quitarse la vida? Existen desde luego factores que fomentan el suicidio en los adolescentes, pero que en sí mismos no son decisivos para que se decida hacer un intento suicida. Muchos de ellos pueden contribuir a la confusión y a la depresión del joven, pero se requiere la conjunción de una diversidad de factores para que se llegue al extremo de la autodestrucción.
Se ha observado que en las familias de adolescentes suicidas los padres tienden a ser débiles internamente y que a su vez padecen fuertes sentimientos de depresión, desesperanza y desaliento. El joven que por el momento en que pasa, sufre esos mismos sentimientos, no posee las herramientas para manejarlos, pues ha visto en casa una incapacidad para manejar sentimientos negativos. Por otro lado, las familias del individuo autodestructivo suelen tener problemas para controlar sus impulsos, es decir, los miembros de la familia tienden a ser impulsivos en su enfrentamiento diario con la vida. También puede existir una tendencia familiar a manejar el estrés de manera inadecuada, y el joven aprende que éste o cualquier tipo de presión son situaciones intolerables que deben evitarse a toda costa.
En este tipo de familias suele haber conflictos constantes, particularmente separaciones, y antecedentes patológicos especialmente de alcoholismo o alguna adicción en uno o ambos padres.
En general, en estas familias existe una estructura alterada que se caracteriza por un sistema cerrado que inconscientemente prohibe a sus miembros comunicarse entre sí y relacionarse estrechamente con el exterior. De manera que el joven se siente aislado dentro y fuera de casa, en donde tampoco la comunicación se da abiertamente.
En relación con el manejo afectivo, las familias de los adolescentes que tienden al suicidio, suelen mostrar un patrón agresivo de relación, con dificultades para expresar el enojo y la agresión, así como una depresión familiar generalizada. Las relaciones intrafamiliares se encuentran desbalanceadas y el adolescente -por norma- sirve de chivo expiatorio que carga con las culpas, los defectos o las partes malas de la familia. De esta manera, el joven deprimido siente que no es deseado y que no se le quiere, tiene un sentimiento doloroso de abandono que expresa por medio del aislamiento y, posteriormente, de un intento suicida.
Resumiendo, las razones psicodinámicas más comunes en los intentos suicidas son:
- Un dolor psíquico intolerable del cual se desea escapar;
- Necesidades psicológicas frustradas, tales como : seguridad, confianza y logros;
- Un intento por acabar con la conciencia, sobre todo la del dolor;
- Falta de opciones, o bloqueo para verlas;
- un impulso súbito de odio a sí mismo, en un marco de alineación grave, y
- Una autoevaluación negativa, con autorrechazo, desvaloración, culpa, humillación, sensación de impotencia, desesperación y desamparo.
- Un impulso súbito de odio hacia sí mismo, en un, humillación, sensación de impotencia, desesperación y desamparo.
Como se mencionó anteriormente, en el acto suicida siempre habrá una lucha interna entre el deseo de morir y el de seguir viviendo. Generalmente, el individuo suicida pedirá auxilio de una u otra forma. Si cerca de nosotros se encuentra algún adolescente cuyo comportamiento, ya sea verbal o no verbal, revela que el joven podría intentar suicidarse, hay que atender esas señales pues existe la posibilidad de ayudarlo o de buscar el apoyo de profesionales que pueden guiarlos en el manejo de sus problemas.
La familia siempre será la fuente principal de apoyo y aceptación. En ocasiones, la inexperiencia o las propias vivencias pueden alterar el funcionamiento de la familia. Este hecho puede verse reflejado en la depresión de uno de los hijos. Lo importante no es encontrar culpables, sino descubrir el problema a tiempo para darle la mejor solución posible".
" El suicidio entre los jóvenes es una tragedia no mencionada en nuestra sociedad. De manera tradicional se ha evitado la idea de que nuestros jóvenes encuentran la vida tan dolorosa que de forma consciente y deliberada se causan la muerte. En algunos casos puede ser más fácil llamar " accidente" a un suicidio. El índice de suicidios para niños menores de 14 años de edad está incrementándose a un ritmo alarmante y para los adolescentes está aumentando aún más rápido.
En un estudio retrospectivo de admisiones a una sala de emergencias de un hospital pediátrico durante un periodo de 7 años, los investigadores identificaron a 505 niños y adolescentes que habían intentado suicidarse (Garfinkel, Froese y Hood, 1982). Este grupo fue comparado con un grupo control de niños que eran similares en edad, sexo y fecha de admisión. Los niños en el grupo suicida presentaron las siguientes características:
- Hubo tres veces más niñas que niños .
- Los síntomas clínicos mostrados más a menudo tanto por niños como por adolescentes fueron afecto fluctuante y agresividad, hostilidad o ambos.
- La mayor parte de los intentos de suicidio ocurrieron en el hogar (73%), el 12% en áreas públicas, el 7% en la escuela y el 5% en la casa de un amigo. En el 87% de los casos alguien más estaba cerca – por lo general los padres-.
- La mayor parte de los intentos fueron realizados durante los meses de invierno, en la tarde o en la noche.
- La sobredosis de fármacos fue el medio principal del intento de suicidio.
- Más del 77% de los intentos fueron considerados de letalidad baja, el 21% moderadamente letales y poco más del 1% muy letales.
3. Estudiantes universitarios suicidas.
El 20% de los estudiantes universitarios han abrigado pensamientos suicidas durante sus carreras universitarias.
Varias características de los suicidos estudiantiles se extrajeron de un estudio realizado en la Universidad de California en Berkeley ( Seiden, 1966, 1984). En comparación con los no suicidas, los estudiantes que cometieron suicidio:
- Tendieron a ser mayores que el estudiante promedio por casi 4 años.
- Estuvieron sobrerrepresentados de manera significativa entre los estudiantes posgraduados.
- Tuvieron mayor probabilidad de ser hombres, aunque la proporción de mujeres suicidas fue más alta.
- Tuvieron mayor probabilidad de ser estudiantes extranjeros y estudiar especialidades en idioma o literatura.
- Como subgraduados tendieron a presentar mejores expedientes académicos, pero como estudiantes posgraduados estuvieron por debajo del promedio de calificaciones.
Razones para el suicidio de estudiantes.
Primero:
Mientras que la proporción de suicidios masculinos a femeninos en la población en general es de 3:1, para los estudiantes universitarios es de 1.5:1.
Segundo:
El hecho de que los subgraduados que cometen suicidio tengan mejores expedientes escolares que la población universitaria en general revela una paradoja dolorosa. Para las normas objetivas, los estudiantes suicidas se desempeñaban bien en la escuela. Sin embargo, amigos y parientes reportan que casi todos ellos estaban insatisfechos con su desempeño académico. Estaban llenos de dudas acerca de su propia capacidad para tener éxito. Una explicación para estos sentimientos es que los estudiantes estaban muy motivados hacia el logro y tenían expectativas irrealmente altas para sí mismos.
Tercero y relacionado con el anterior, muchos estudiantes suicidas sienten una vergüenza abrumadora y deshonra debido a su sensación de haberle fallado a los demás.
Las otras víctimas del suicidio.
Parientes y amigos. Cuando ocurre un suicidio los pensamientos se vuelven de inmediato a la persona que se ha provocado la muerte. ¿Qué dolor insoportable estaba sufriendo para justificar un fin así? Pero las verdaderas víctimas de esta tragedia a menudo son la familia, parientes y amigos que son dejados atrás para enfrentar todo lo que implica este acto.
Elizabeth Kubler- Ross (1983), una psiquiatra que ha investigado y escrito de manera extensa acerca de la muerte y la agonía, ha perfilado una serie de reacciones que las personas experimentan cuando un miembro de la familia ha cometido suicidio:
La primera de 3 etapas se caracteriza por conmoción, negación y aturdimiento. Les es difícil hablar al respecto, tienden a evitar usar la palabra suicidio y pasan por los arreglos del funeral como si no tuviera significado personal. El dolor es tanto, que se cierran a sus propios sentimientos.
En la segunda etapa, comienzan a experimentar pena. Tratan de culpar a alguien o a sí mismos por lo que pasó y por último expresan cólera hacia el difunto: ¿Cómo pudiste hacernos esto?.
La tercera etapa es dejarlo ir, o terminar un asunto incompleto ( como el hecho de pensar: "nunca le dije que lo amaba").
Creemos conveniente partir del significado de la palabra suicidio. Deriva del latín y se compone de dos términos: sui, de sí mismo y caedere, de matar, lo que sería "matarse a sí mismo".
El suicidio se trata de todo caso de muerte mediante una acción, producida por la víctima misma y ante la cual tiene absoluta consciencia del resultado a producirse.
Existen diversos tipos de clasificación de suicidas, los dos más comunes están descriptos a continuación.
- El altruista, en el que la motivación hacia la muerte está originada por una rígida estructuración en la sociedad en la que se vive. La muerte en sí misma no es tan importante como preservar el "honor".
- El egoísta, en el cual el individuo se orienta más por sus intereses particulares que por los de su grupo de referencia. No interesa lo que los demás opinen
- El anómico, que se produce ante una confusión de valores sociales, que lleva a una crisis individual acerca del sentido de la existencia.
Otros autores clasifican al suicidio según:
- El origen: puede ser psicótico, neurótico, psicodisplásico o filosófico. En el psicótico la persona se halla desconectada de la realidad y de lo que pasa en su entorno. Sufre alucinaciones y tiene ideas ilógicas no aceptadas por los demás. El neurótico se caracteriza por manifestaciones teatrales con escasa intención real de suicidio. En el psicodisplásico, el psicópata dirige la agresividad hacia sí mismo. El filosófico se produce en personas que sienten un vació en su existencia.
- La forma: puede ser impulsivo, obsesivo y refléxico. El primero se lleva a cabo súbitamente, sin avisos previos de la intención. El obsesivo se produce por una idea de autodestrucción, que resulta imposible rechazar. El refléxico se caracteriza por un análisis detenido de la idea de suicidio, siendo más frecuente en personas deprimidas.
En general, esta vez sin diferenciar los tipos anteriormente expuestos, existen factores, denominados de riesgo que pueden dar indicios sobre la posibilidad de una conducta suicida en un individuo. Algunos de ellos son:
- Ideación suicida: es el más importante indicador de suicidio, pues se refiere a la existencia misma de la idea.
- Intentos previos: aumenta el riesgo de suicidios en un futuro.
- Plan y método: entre más estructurado sea el plan y más peligroso el método, mayor es el riesgo.
- Sexo: si bien los intentos de suicidio son más numeroso en mujeres, el 75% de los consumados corresponde a los hombres.
- Edad: las tasas de suicidio van aumentando con la edad, aunque las tentativas son mayores en personas jóvenes.
- Estado civil: está más presente en las personas viudas, solteras y separadas que entre las casadas.
- Pérdidas recientes: muerte de familiares, desaparición de un miembro de la familia, corte de relaciones amorosas, etc.
- Trastornos psicopatológicos
Particularmente, el suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático en los años recientes, especialmente en los países desarrollados donde el modelo de trabajo, la sociedad relajada y otros factores sociales han roto el modelo de familia y modificado la escala de valores. Inclusive según datos de la ONU en ciertos países como EEUU, el suicidio es la cuarta causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 y 22 años de edad, y la sexta causa de muerte para los de entre 5 y 14 años.
Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas ciudades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos.
En algunos casos, el suicidio aparenta ser una "solución".
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento. Cuando los padres sospechan que el niño o el joven puede tener un problema serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda. Cabe aclarar que no es tan solo necesario un tratamiento medico, sino el afectivo, este es el mas importante. Hay que darles las herramientas necesarias al adolescente para que se sienta útil, valorado, en fin que su vida tenga sentido.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio. Los psicólogos de niños y adolescentes recomiendan que si el joven presenta uno o más de estos síntomas, los padres tienen que hablar con su hijo sobre su preocupación y deben buscar ayuda profesional si los síntomas persisten.
Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
- Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
- Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
- Uso de drogas o del alcohol.
- Abandono poco usual en su apariencia personal.
- Cambios pronunciados en su personalidad.
- Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
- Quejas frecuentes de dolores físicos tales como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
- Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
- Poca tolerancia de los elogios o los premios.
- El adolescente que está contemplando el suicidio también puede: Quejarse de ser "malo" o de sentirse "pésimo"
- Lanzar indirectas como: "No les voy a seguir siendo un problema", "No me importa nada", "para qué me voy a molestar".
- Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus cosas favoritas, limpiar su cuarto, tirar papeles o cosas importantes, etc.
- Ponerse muy contento después de un período de depresión.
RECURSOS AUXILIARES
Algunos Mitos sobre el suicidio:
- Ocho de cada diez personas que se suicidan, habían advertido que lo iban a hacer.
- El suicidio se produce sin previo aviso . Los estudios realizados muestran que las personas suicidas proporcionan muchos indicios y advertencias sobre sus intenciones suicidas.
- Las personas suicidas están decididas a morir. La mayoría de las personas suicidas están indecisas entre vivir o morir; lo que hacen es apostar por la muerte dejando que sean los otros los que los salven. Casi nadie se suicida sin que los otros sepan cómo se sienten.
- Una vez que una persona está en estado suicida ya lo estará siempre. Las personas que desean quitarse la vida están en estado suicida sólo por un tiempo.
- La mejoría después de la crisis suicida viene a significar que el riesgo de suicidio se ha superado . Son muchos los suicidios cometidos al cabo de 3 meses de comenzada la mejoría, cuando la persona tiene la suficiente energía como para poner sus ideas y sentimientos mórbidos en práctica.
- El suicidio es mucho más frecuente entre los ricos o, a la inversa, se presenta casi exclusivamente entre los pobres. El suicidio no es una enfermedad de ricos ni la maldición de los pobres. El suicidio está representado proporcionalmente en todos los niveles de la sociedad.
- El suicidio se hereda o está en la familia. Es un patrón individual.
- Todas las personas suicidas son enfermas mentales y el suicidio es casi siempre la actuación de una persona psicótica. Los estudios realizados sobre cientos de notas de verdaderos suicidios indican que, aunque la persona suicida es extremadamente infeliz y se halla alterada, no es necesariamente un enfermo mental. De hecho, hay evidencias de pensamiento racional y de estar en contacto con la realidad.
- Ser miembro de un grupo religioso en particular, es un buen predictor de que la persona no considere el suicidio . Es un error creer que la fuerte prohibición que existe dentro de la religión católica, es un freno eficaz para evitar la actuación suicida de una persona. Además, que una persona se identifique con una religión particular no es una representación de sus creencias particulares.
- El motivo del suicidio se puede establecer fácilmente. La verdad es que es muy difícil entender por qué una persona decide suicidarse. Por ejemplo, un revés en la situación económica precedido de la actuación suicida, no es una causa que explique fácilmente el suicidio.
- Todos los que comente suicidio están deprimidos. Esta falacia radica en el hecho de que muchos de los signos de las actuaciones suicidas frustradas son ignorados porque la persona no actúa como si estuviera deprimida. Muchas de las personas que se suicidan no están deprimidas. De hecho, algunas personas se muestran calmadas y en paz consigo mismas.
- Una persona con una enfermedad física terminal, no contempla la posibilidad del suicidio . Teniendo en cuenta las condiciones de padecimiento tanto físico como moral, propios o de los seres amados, el suicidio es una posibilidad que frecuentemente pueden contemplar, en miras de darle fin lo antes posible la sufrimiento, aun cuando la muerte se perciba como un hecho inminente.
- El suicidio es influido por las estaciones del año, la latitud y las condiciones climatológicas en general o los días de la semana. No hay datos suficientes para sostener estas creencias.
- Pensar en el suicidio es algo más bien raro. Estimaciones hechas sobre estudios hechos con muestras no clínicas, sugieren que la idea del suicidio esta presente desde un 40% hasta un 80% de la población. Esto significa que han pensado al menos una vez en la vida en la idea del suicidio.
- (Especialmente presente entre terapeutas): Preguntarle a una persona sobre sus ideas de suicidio, especialmente si está deprimida, puede llevar a que la persona realice un intento, que no se hubiese dado si no se le hubiese preguntado. Uno de los principales aprendizajes en la labor clínica, es indagar con profundidad sobre la ideación y su estructura. Además, el hacer la pregunta es conceder tácitamente un permiso a la persona para que hable sobre algo que puede considerar como un secreto inconfesable. De hecho, muchas personas se siente más aliviadas al poder exponer sus ideas sobre el suicidio.
- Las personas que realizan intentos con medios de baja letalidad, no están considerando seriamente la idea de matarse. Aquí se confunde la letalidad con el intento. Algunas personas no están bien informadas sobre la letalidad del método que van a emplear, como puede ser la utilización de píldoras. El método empleado no necesariamente está en consonancia con la intención subyacente.
CONCLUCIONES
Para Concluir resulta extraño ver los resultados a la pregunta en un salón de chat local (Canal #Tucumanos, Día 25/05/04, 8.24Pm, 492 Usuario en línea) ¿Qué es el suicidio?
"El suicidio es un derecho al que puede optar una persona, ya que la vida es un derecho y no una obligación" Estudiante de Psicología UNT, 20 Años
"Es una salida fácil para algunos, pero es la más cobarde. Es una forma de no afrontar los problemas, y de no saberse valorar" Estudiante de Ingeniería UNSTA, 21 Años
Aquí vemos claramente dos posturas y como la cultura de la muerte influye en el pensamiento de la juventud. La primera postura es altamente sorprendente a primera vista, pero luego de un análisis mas detenido concluimos que es un pensamiento acorde a lo que los medios y la sociedad nos invita a pensar. Esto se debe a la concepción moderna del mundo en la que por la falta de valores morales, se confunde la Vida como un derecho o pertenencia natural ante la ausencia de Dios en la vida cotidiana. Dios nos da el grandioso don de la Vida, por lo tanto el es Él único que no la puede quitar.
La segunda opinión es un poco mas conservadora, mas acorde a la sociedad de Tucumán donde el suicidio no es un caso muy común, pero no la rechaza totalmente sino que deja abierta la posibilidad, que en todo caso será condenada por la sociedad, pero una posibilidad al fin.
El suicidio afecta a todas las edades especialmente a los jóvenes y no diferencia clases sociales. Puede ser masivo o personal, tanto en forma privada o publica.
Creemos que el suicidio puede ser evitado. Con información y ayuda cualquier persona que haya considerado esa opción como salida a sus problemas puede revertir su situación. El suicidio no es una solución a los problemas, es evitar los problemas y dejarlos sin solución.
Solo con solidaridad, voluntad y apertura al servicio de los demás podemos revertir la situación.
No hay dejar que nuestras juventudes y nuestro "futuro" pierdan el valor y sentido de la Vida.
PROPUESTAS
DEBEMOS RECONOCER Los síntomas más comunes; son los siguientes:
- Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
- Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
- Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
- Uso de drogas o del alcohol.
- Abandono poco usual en su apariencia personal.
- Cambios pronunciados en su personalidad.
- Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
- Quejas frecuentes de dolores físicos tales como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
- Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
- Poca tolerancia de los elogios o los premios.
- El adolescente que está contemplando el suicidio también puede: Quejarse de ser "malo" o de sentirse "pésimo"
- Lanzar indirectas como: "No les voy a seguir siendo un problema", "No me importa nada", "para qué me voy a molestar".
- Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus cosas favoritas, limpiar su cuarto, tirar papeles o cosas importantes, etc.
- Ponerse muy contento después de un período de depresión.
Si el niño o adolescente dice, "Me quiero matar" o "Me voy a suicidar", hay que tomarlo muy en serio y hacer una consulta a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro médico para que evalúe la situación. A la gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no va a "ponerle ideas en la cabeza", por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.
Con la ayuda de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.
Siendo el suicidio un tema tabú en nuestra sociedad, parece existir una tendencia a ocultar el hecho y asumir que es un fenómeno poco frecuente. Si bien es cierto que en términos de proporciones no posee las mismas magnitudes que otras problemáticas (Infección por HIV, maltrato infantil, abuso y acoso sexual), no por esto podríamos decir que es una conducta que no se presenta entre algunos miembros de la población.
Por otra parte, las reacciones emocionales de las personas ante el conocimiento de un suicidio suelen pasar desde la estupefacción y sorpresa macabra hasta la consumación de otro suicidio. Así mismo, también se tiende a buscar culpables para poder dar una explicación lógica y aceptable a la muerte de alguien. En ese mismo sentido, también existen falsas creencias que podrían reconfirmar la actitud de negación y censura hacia el suicidio.
RESUMEN
Si el niño o adolescente dice, "Me quiero matar" o "Me voy a suicidar", hay que tomarlo muy en serio y hacer una consulta a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro médico para que evalúe la situación. A la gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no va a "ponerle ideas en la cabeza", por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.
Con la ayuda de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo.
Siendo el suicidio un tema tabú en nuestra sociedad, parece existir una tendencia a ocultar el hecho y asumir que es un fenómeno poco frecuente. Si bien es cierto que en términos de proporciones no posee las mismas magnitudes que otras problemáticas (Infección por HIV, maltrato infantil, abuso y acoso sexual), no por esto podríamos decir que es una conducta que no se presenta entre algunos miembros de la población.
Por otra parte, las reacciones emocionales de las personas ante el conocimiento de un suicidio suelen pasar desde la estupefacción y sorpresa macabra hasta la consumación de otro suicidio. Así mismo, también se tiende a buscar culpables para poder dar una explicación lógica y aceptable a la muerte de alguien. En ese mismo sentido, también existen falsas creencias que podrían reconfirmar la actitud de negación y censura hacia el suicidio.
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