TRABAJO PRESENTADO EN EL CONGRESO NACIONAL Y LATINOAMERICANO DE LA JUVENTUD
2007
-ÁREA SALUD Y SOCIEDAD-
TEMA:
“El aborto en la adolescencia y maternidad”
PROYECTO DE FORMACION DE PROMOTORES JUVENILES DE SALUD
2004-2008
El Trabajo en la Escuela y su Articulacion con los Centros de Prevencion Escolar
DISERTANTES:
AUTORES
TOLABA ABIGAIL DEL VALLE
DNI 37 471 722
15 AÑOS
EJERCITO DEL NORTE
CP 4500
ESTUDIANTE
3ª 8ª
ESCUELA NORMAL “JOSE DE SAN MARTIN”
JUJUY
ARGENTINA
CHOQUE CARLOS RICARDO
DNI 34 355 330
18 AÑOS
ECHEVERRIA Nª 34 Bª 9 DE JULIO
03884 15453058
1ª 1ª POLIMODAL
CENTRO POLIVALENTE DE ARTE
JUJUY
ARGENTINA
TORRES ABIGAIL ANDREA DEL VALLE
DNI 35 307 805
17 AÑOS
COLOMBIA Nª 43
03884 154525872
CP 4500
ESTUDIANTE
1ª 3ª
CENTRO POLIVALENTE DE ARTE
CP 4500
JUJUY
ARGENTINA
CARDOZO FRANCO RICARDO JAVIER
DNI 34 865 735
17 AÑOS
SAN ROQUE 570
03884 154 437 413
ESTUDIANTE
2ª 1ª
COLEGIO PROVINCIA DE MISIONES
JUJUY
ARGENTINA
ARCE DANIEL ALEJANDRO
DNI 36 070 006
16 AÑOS
ASENTAMIENTO EL MILAGRO MZNA 28 LOTE 15
03884 154400052
CP 4500
ESTUDIANTE
1ª POLIMODAL
CENTRO POLIVALENTE DE ARTE
CP 4500
JUJUY
ARGENTINA
PROFESOR TUTOR:
NESTOR HUMBERTO GRAMAJO DNI 14 804 485
44 AÑOS
PROFESOR DE GEOGRAFIA Y CIENCIAS BIOLOGICAS
AVDA 9 DE JULIO 1576 Bª PROVIDENCIA
CP 4500
03884 420003
0388 156827529
MAIL NESTORGRAMAJO@HOTMAIL.COM
CENTRO POLIVALENTE DE ARTE
JUJUY
ARGENTINA
CARLOS RAMON ASIAR DNI 20 240 042
38 AÑOS
SAN PEDRO DE JUJUY
03884 15400057
PROFESOR DE CIENCIAS NATURALES
4500
JUJUY ARGENTINA
Alumnos Promotores y Coordinadores de Mesas de Trabajo Estudiantil
¿Es un problema el embarazo adolescente?
La prolongación de los estudios y la inserción creciente de las mujeres jóvenes en actividades económicas, como proyectos de vida alternativos, contribuyen también a retrasar la maternidad y a recurrir al aborto en caso de un embarazo no previsto y no deseado.
INTRODUCCION
En este trabajo abordamos exclusivamente la cuestión del aborto inducido, que se define como la acción deliberada de una mujer u otra persona de terminar con un embarazo no deseado, no previsto o no planeado. Cuando se aborda el tema, es importante tener en cuenta tal concepto, pues uno de los principales problemas en los estudios sobre el aborto, en particular los realizados por los profesionales de la salud, es la frecuente ausencia de distinción entre el aborto espontáneo y el inducido, cuyas causas y consecuencias son muy distintas, así como las características de las mujeres que los experimentan.
En la literatura sobre el tema se identifican distintos tipos de aborto inducido, de acuerdo con las condiciones en que se practique. La Organización Mundial de la Salud define al aborto riesgoso o inseguro como aquél practicado en condiciones sanitarias y de seguridad inadecuadas e insuficientes, mediante la utilización de técnicas peligrosas, en recintos carentes de higiene y, en la mayor parte de las ocasiones, realizado por personal médico no calificado. Este hechopropicia una alta incidencia de complicaciones que ponen en peligro la salud y la vida de las mujeres, de las cuales derivan múltiples y variadas consecuencias adversas en diferentes ámbitos de su vida.
El aborto inducido puede ser clandestino o legal, según el marco jurídico vigente en cada país. También puede ser consecuencia de un acto intencional o no intencional. En este último caso es cuando ocurre a causa de un accidente, a raíz de una imprudencia de la mujer o de la existencia de condiciones de riesgo vinculadas a sus actividades cotidianas o laborales. El aborto inducido puede ser, asimismo, terapéutico o médico, cuando se realiza para evitar riesgos en la vida o la salud de la mujer. Estas definiciones, entre otras, son importantes en la medida en que las incluye la legislación en la materia para aplicar sanciones a la mujer que recurra al aborto o a quien se lo practique. Las sanciones varían entre un país y otro, y se imponen de acuerdo con las circunstancias en que ocurre la interrupción del embarazo. Pero, al mismo tiempo, las mismas definiciones se utilizan con frecuencia y de manera indistinta para evitar dichas sanciones. En esta publicación sólo tratamos los diferentes tipos de aborto inducido, utilizando simplemente el término de “aborto”.
DELIMITACION DEL PROBLEMA
“El aborto en la adolescencia”, se centra en uno de los sectores de la población cuya práctica abortiva es motivo de una atención particular en la región. Como lo señalan los estudios descritos en el capítulo, ello obedece a la elevada incidencia de abortos que se observa entre las adolescentes, aunado a las condiciones de mayor vulnerabilidad en que se encuentran para practicarse un aborto seguro y en condiciones adecuadas. Asimismo, se documentan algunas evidencias empíricas acerca de las implicaciones del embarazo temprano y del aborto entre las mujeres más jóvenes, además de los factores que intervienen en esta práctica. Antecede, a los aspectos anteriores, una breve presentación de los argumentos expuestos por diversos autores acerca la connotación del embarazo adolescente como problema, que ilustra la importancia de contar con una perspectiva más amplia sobre el tema. Adicionalmente, se hace alusión a los derechos reproductivos de este grupo de población y de las barreras que impiden su ejercicio.
MARCO TEORICO
Una actividad sexual mal protegida
Como se mencionó en párrafos anteriores, la actividad sexual temprana y no protegida, la educación sexual deficiente y la falta de información y de acceso a métodos anticonceptivos son factores que explican los embarazos no deseados, los abortos y la propagación de las ITS
Al respecto, varios autores enfatizan la importancia que tiene el El embarazo en estas circunstancias ha sido ampliamente estudiado en América Latina, aunque quizás menos en el Caribe. No puede decirse que exista consenso de si se trata de un evento negativo o positivo per se en este etapa de la vida. Sin embargo, la mayoría de autores coincide en que médicamente no es recomendable porque: “los embarazos entre las adolescentes, especialmente entre las más jóvenes, pueden poner en peligro la salud y la vida tanto de la madre como del niño. Las adolescentes sufren más complicaciones de embarazo que las mujeres de edad mayor, debido a una combinación de factores: ser primeriza, no haber completado la etapa final de crecimiento (desarrollo incompleto del esqueleto y de la pelvis) o no recibir atención prenatal adecuada”
“El embarazo en la adolescencia se considera desde el punto de vista médico y social como una situación de riesgo para la salud y el desarrollo personal de la madre, su hijo o hija y su pareja”
El embarazo durante esta etapa es percibido con frecuencia como un problema social y de salud pública, máxime que, al parecer, hay un aumento en su ocurrencia. Pero los problemas de salud derivados de tal estado se vinculan, ante todo, a las condiciones de vida de las mujeres, más que a su juventud. Quienes enfrentan problemas durante su embarazo son a menudo aquéllas que viven en condiciones desfavorables, tienen un acceso limitado a los servicios de salud y, por ende, tienen un control prenatal insuficiente o inadecuado, además de sufrir desnutrición y carecer de buena salud antes del embarazo. En ocasiones pueden tener hábitos nocivos para su gestación, como fumar
Por un lado, hay quienes consideran que este hecho es negativo social, emocional y económicamente, porque la “maternidad precoz suele llevar a que las mujeres jóvenes terminen (prematuramente) sus estudios y no puedan obtener empleos con mejor paga. Las sociedades y las familias pueden excluir a las jóvenes que se embarazan fuera del matrimonio”
En cambio, otros estudios sustentan la idea de que el embarazo adolescente y los problemas que generalmente se vinculan a este evento no son generalizables, pues dependen, en gran medida, del contexto en que ocurren. Más que asumir que los embarazos adolescentes tienen una única implicación y significado negativos, habría que tener en cuenta los diferentes contextos en que éste tiene lugar, tanto para su valoración como para, en su caso, implementar las políticas públicas correspondientes.
Como antes se indicó, tales embarazos ocurren con mayor frecuencia entre las jóvenes mujeres que pertenecen a las clases sociales más desfavorecidas que en aquéllas con un nivel socioeconómico más alto
Con base en la Encuesta Nacional de Salud Reproductiva 2003 efectuada analizaron los datos de 1 799 adolescentes alguna vez embarazadas de 12 y 19 años. Los resultados indican la presencia de tasas específicas de embarazo adolescente muy diferentes para las mujeres de 15 a 19 años, según su estrato socioeconómico: 158‰ en el estrato muy bajo, 84‰ en el bajo y sólo 2 y 0.6‰ para los estratos medio y alto.
en su estudio sobre el embarazo adolescente concluyen que “si acaso, ante la pretensión de establecer una relación de causalidad entre el embarazo temprano y la pobreza, en nuestros países, debería considerarse que el contexto de pobreza y de falta de oportunidad es ‘causa’ del embarazo temprano y de sus consecuencias negativas y no al revés”. corroboran esta misma relación y sostienen: “La pobreza es […] un factor determinante, lo que subraya la influencia del contexto socioeconómico en que vive la familia para una fecundidad adolescente temprana.” que se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad.
Se indica que no es lo mismo un embarazo adolescente en un contexto rural, donde dicho evento responde a “la persistencia de la norma tradicional que asigna a la mujer los roles de esposa y madre como destino único, y/a la ausencia de otras opciones”, que en otras circunstancias. De acuerdo con el autor, en un contexto urbano marginal de inseguridad laboral, dentro del cual privan la violencia familiar y la deserción escolar temprana, además de caracterizarse por una gran escasez material y de opciones de vida, las principales implicaciones del embarazo “girarían alrededor del creciente desamparo y falta de protección de las adolescentes frente a su situación”, que se reflejan en la frecuencia con que las jóvenes de este sector de la población recurren al aborto inducido practicado en condiciones precarias.
En este sentido, otros autores señalan que hay “evidencias de que en muchos casos el embarazo es más el resultado que la causa de un conjunto complejo de problemas que incluyen el fracaso escolar y la mala relación con los padres” A menudo se considera que el embarazo precoz es producto de la deserción escolar. Pero muchos estudios muestran que el abandono escolar ocurre con mayor frecuencia antes del embarazo
Los embarazos adolescentes, como ya se indicó, no siempre se perciben como un problema social, ya que también pueden ser fomentados o esperados en algunas sociedades. Esto ocurre especialmente en el caso de las mujeres jóvenes recién casadas: lejos de ser estigmatizado, un embarazo puede ser un factor de ascenso social que les permite adquirir un estatus social. En otras ocasiones estos embarazos conducen a la unión.
Cualquiera sea la concepción sobre los embarazos de las adolescentes, es innegable que con frecuencia no son planeados ni deseados. También resultan, muchas veces, de relaciones sexuales no protegidas, debido, entre otros muchos factores, a la falta de acceso oportuno a la información y a anticonceptivos, o al sexo con violencia. Este tipo de embarazos tiene repercusiones adversas. Una parte de ellos terminan en aborto y otra en hijos no deseados. La ausencia de prevención en las relaciones sexuales también puede traducirse en infecciones transmitidas sexualmente (ITS), como el VIH/sida. Esto puede explicarse, asimismo, por la ignorancia de muchos jóvenes sobre el funcionamiento de su cuerpo y su fisiología, además de desconocer los riesgos inherentes al ejercicio de la sexualidad,
Además, las adolescentes no siempre tienen la posibilidad de que sus compañeros asuman prácticas sexuales protegidas. Esto se debe a la dominación masculina, en particular cuando las jóvenes tienen sexo con hombres de mayor edad, o en caso de abusos sexuales, producto, muchas veces, de presiones económicas o sociales. Tal situación explica que estas jóvenes se encuentren expuestas a situaciones de alto riesgo para su salud,
En Argentina, da cuenta del problema de la dominación masculina: entre las “niñas-mamás” (de 9 a 13 años), “el 80% de ellas ha tenido hijos con varones que las superan en al menos 10 años y el resto con varones que son al menos 20 años mayores que ellas”.
los abortos en adolescentes se deben, en gran medida, a que ocurren fuera del matrimonio. Sin embargo, aclaran, muchos de los embarazos de las adolescentes menores de 20 años sí son deseados.
HIPOTESIS
Otro punto que merece especial atención es que se promuevan de manera decisiva los derechos sexuales y reproductivos para que también puedan ejercerlos los jóvenes POR ejemplo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y organizaciones de la sociedad civil elaboraron la Cartilla de Derechos Sexuales y Reproductivos de las y los Jóvenes, la cual, entre otras cosas, establece que debe respetarse la sexualidad de las personas, aun tratándose de menores de edad. También prevé que se les brinde suficiente información en la materia. El conocimiento adecuado de su sexualidad permite a los jóvenes ejercerla con mayor responsabilidad y así prevenir embarazos no deseados que suelen terminar en abortos inseguros, práctica todavía común en América Latina y que afecta, sobre todo, a la población más joven.
DESARROLLO DEL TEMA
Embarazo no deseado y niveles de fecundidad
El embarazo en menores de 19 años es un evento común en América Latina donde, más de un tercio de las mujeres tienen su primer hijo antes de cumplir 20 años
Los niveles de la fecundidad de las adolescentes están muy relacionados con el aumento de las relaciones sexuales no protegidas y a edades tempranas.
Sexualidad precoz y práctica anticonceptiva limitada
La elevada cantidad de embarazos adolescentes en la mayor parte de los países de América Latina se explica por la precocidad con que los jóvenes empiezan a tener relaciones sexuales, y a una escasa utilización de métodos anticonceptivos eficaces.
Incidencia del aborto inducido en adolescentes
Una práctica con mayores consecuencias para algunas mujeres
La problemática del aborto inducido en la población adolescente merece particular atención. En ella se conjugan varios factores que hacen que este sea un evento potencialmente más peligroso y traumático en la vida de las jóvenes de lo que puede ser para mujeres adultas. Dicho fenómeno afecta principalmente a las jóvenes más pobres y con menor escolaridad. Lo sufren con particular crudeza las menores de 16 años, quienes enfrentan mayores riesgos de sufrir daños fisiológicos y psicológicos cuando experimentan un aborto
Varios autores coinciden en que para una adolescente es más difícil encontrar un proveedor adecuado para interrumpir un embarazo, además de que es más probable que intente practicarse un aborto por sí misma
A veces las adolescentes abortan en etapas tardías de su gestación, lo que aumenta el riesgo de complicaciones La insuficiente conciencia sobre las reacciones de su cuerpo, suele traer consigo que tardíamente se den cuenta de que están embarazadas. Además, la decisión de abortar es a menudo difícil de tomar, en virtud de la sanción social que pesa sobre este acto y de la falta de apoyo para practicarse un aborto, en particular, por parte del autor del embarazo, quien raramente está cerca de su pareja en tales circunstancias La adolescente que desea abortar enfrenta, asimismo, otras dificultades, como encontrar a prestadores de servicios dispuestos a practicar el aborto y, sobre todo, contar con dinero necesario para cubrir su costo.
Las adolescentes perciben con frecuencia los riesgos asociados al aborto ilegal, pero ante la fuerte desaprobación social o familiar si se presenta un embarazo no previsto, el aborto sigue siendo la única solución para muchas de estas jóvenes. En un estudio con 400 adolescentes de cuatro escuelas, 68% de los jóvenes y 78% de las muchachas manifestaron estar de acuerdo con la afirmación de que “un embarazo es un riesgo para la salud de la adolescente”. De la misma manera, 63% de los primeros y 78% de las segundas declararon conocer la presencia de riesgos para la salud asociados a la práctica del aborto
Asimismo, las adolescentes, como las mujeres de mayor edad que han o no recurrido al aborto, asumen frecuentemente una actitud muy ambivalente en relación con tal recurso, aun cuando muchas reconozcan que es la solución frente a un embarazo no deseado
En Chile, país mayoritariamente católico y donde el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, se sanciona con dureza, tanto social como moralmente, a las mujeres embarazadas fuera del matrimonio, quienes ante tal situación suelen sentirse avergonzadas.En un investigación realizada en 1991 en Santiago con mujeres de 10 a 19 años, concluyeron, que según las condiciones de vida y las circunstancias en que tuvieron relaciones sexuales, las adolescentes embarazadas eligen entre proseguir un embarazo (en el marco del matrimonio, de la cohabitación o permaneciendo solas) o abortar. En el caso de haber tenido relaciones sexuales sin consentimiento (violación, incesto) algunas mujeres recurren al aborto y otras optan por dar a sus criaturas en adopción
La práctica del aborto está también estrechamente vinculada a la estabilidad en el ámbito familiar consideran que “existe una mayor probabilidad de someterse al aborto y otras prácticas de riesgo de aquellos adolescentes hijos de padres divorciados que de aquellos que conviven con ambos padres biológicos”.
La investigación demostró que las adolescentes, que pertenecen a familias de ingresos económicos bajos y con menores niveles educativos, abortan en condiciones de mayor riesgo, que ponen en peligro su salud estiman que de los primeros embarazos de adolescentes de 12 a 19 años, 4.9% fueron interrumpidos en mujeres del estrato socioeconómico más bajo, 6.1% en el estrato bajo y 9.3% en el correspondiente a los estratos medio y alto. Afirman, por lo tanto, que “existe un lazo indisociable entre la pobreza, la identidad y los roles de género y el embarazo adolescente”.
Consecuencias e implicaciones del embarazo temprano y del aborto inducido
“el embarazo es una de las principales causas de defunción para el grupo de 15 a 19 años de edad, y los mayores factores que inciden en ello son principalmente las complicaciones durante el parto y la realización el aborto en malas condiciones. Al menos una cuarta parte de los abortos realizados en malas condiciones, que se estiman en 20 millones, corresponde a mujeres de entre 15 y 19 años de edad y a ese grupo también corresponden casi 70.000 defunciones anuales a causa del aborto
El informe Estado de la Población Mundial 2000 reporta que en Chile y Argentina, más de un tercio de las muertes maternas entre las adolescentes son resultado directo de abortos inseguros, mientras que en Perú, un tercio de las mujeres hospitalizadas por complicaciones del aborto tienen de 15 a 24 años
Las consecuencias de los abortos son a veces muy graves, porque las adolescentes tienen dificultades para acceder a los servicios de salud y “el miedo a la censura las lleva a retrasar la asistencia a los servicios de salud para buscar ayuda”, en caso de complicaciones de aborto
las complicaciones comunes de abortos en adolescentes incluyen hemorragias, septicemia, anemia, laceraciones vaginales, abscesos pélvicos, perforaciones del útero y esterilidad secundaria. En América Latina, entre el 10 y el 21% de las hospitalizaciones por aborto correspondieron a adolescentes de 15 a 19 años durante 1995. Además, un tercio de las adolescentes hospitalizadas por aborto sufren de sepsis, en comparación con una cuarta parte de las mujeres adultas
En países como Chile se observó un incremento parecido. De todas las mujeres que fueron hospitalizadas por complicaciones de aborto en 1970, 36% tenían menos de 24 años, mientras que en 1985 constituyeron casi el 50% (
En Argentina, durante 1990 alrededor del 30% de las defunciones maternas de las adolescentes estuvieron relacionadas con el aborto. Se estima que durante ese año “el 13.5% (de un total de 53 871) de los egresos hospitalarios por aborto correspondían a mujeres menores de 20 años”
. Weller también hace referencia a un estudio realizado en la ciudad argentina de Rosario, que comprendió la revisión de 1 220 historias clínicas de pacientes internadas en el servicio de ginecología de un hospital público, de marzo de 1990 a marzo de 1994). Del total de mujeres consideradas en la investigación, 115 de ellas (17.4% de los casos) fueron adolescentes de 14 a 20 años, internadas por complicaciones derivadas de abortos incompletos.
Estas evidencias sobre las complicaciones del aborto muestran los riesgos a las cuales se exponen las adolescentes para interrumpir un embarazo no deseado. También ponen de manifiesto la necesidad urgente de que se facilite el acceso al aborto a las jóvenes, para que puedan interrumpir un embarazo en las mejores condiciones posibles.
Causas que intervienen en la práctica del aborto entre las adolescentes
Ante el alto número de embarazos no deseados, cabe preguntarse cuáles son los factores que los causan y los motivos que llevan a las adolescentes y jóvenes a interrumpir su gestación. De acuerdo con la literatura sobre el tema, estos factores son diversos y se combinan en la problemática del aborto.
Las condiciones de vida
Este factor, en particular tratándose de jóvenes pertenecientes a las clases sociales más desfavorecidas, explica en mucho la práctica del aborto en este sector de la población. En situaciones de dependencia económica y social, el aborto sigue siendo la única solución para adolescentes que enfrentan un embarazo no deseado y no pueden asumir por sí solas la crianza de un hijo. Pero también son otras las circunstancias que llevan a recurrir a dicha práctica. La desaprobación de la familia y la estigmatización social y moral que pesan aún sobre las mujeres embarazadas sin estar casadas contribuyen también a la práctica del aborto. Como indican “el nacimiento fuera del matrimonio puede ser socialmente aceptable entre los pobres de América Latina, pero no en las familias de clase media o de alto ingresos”. De acuerdo con los autores, en tal caso el aborto podría salvar el honor familiar y de la mujer.
Las identidades y roles de género también tienen un papel central. En un estudio desarr
ollado en el área metropolitana de Buenos Aires, afirman: “ni las imágenes de género igualitarias ni las conductas de cuidado son posibles en las condiciones objetivas que impone la pobreza extrema”. Las autoras recuerdan que las niñas que viven en pobreza son expuestas a experiencias desvalorizantes, las cuales “enmarcadas en la doble subordinación de clase y género, tienden a reforzar y reproducir las conductas sexuales de riesgo”. Sostienen, asimismo, que “las conductas de cuidado y riesgo, así como las imágenes que las predisponen (están muy relacionadas con) las imágenes de género tradicionales que implican la ausencia de proyectos de vida alternativos a la maternidad y una identidad femenina desprovista de poder e incapaz de gobernar la propia vida […] Contrariamente, las imágenes modernas, que implican una concepción simétrica de las relaciones de género y una identidad femenina con poder de decisión sobre sí misma, se acompañan de proyectos de vida […] que es preciso preservar mediante conductas sexuales preventivas.”
A ello se añade la idea de que la mujer es la única responsable de su embarazo, o de su término, sin tomar en cuenta la carga de violencia psíquica y emocional, así como la estigmatización, responsabilidad y penalización moral que sufren quienes recurren al aborto.
La actitud de la mujer en caso de un embarazo no previsto dependerá, en gran medida, de la reacción de su pareja o compañero y del tipo de relación existente. Es importante la participación del varón en la decisión de abortar y la responsabilidad que asuma de solventar los gastos que implique recurrir a este recurso y de afrontar las implicaciones que este hecho tendrá en el proyecto de vida de la pareja. Por otra parte, debe tomarse cuenta que sin el apoyo de un compañero o de la familia, las jóvenes en esta situación no tienen muchas veces otra alternativa que el aborto para proteger su propio futuro
incremento de las concepciones premaritales para la reproducción: la probabilidad de que una mujer tenga un embarazo antes de la unión y de haber cumplido 25 años aumenta a medida que las mujeres son más jóvenes, al tiempo que es mas frecuente en el medio urbano que en el rural” (18% en el ámbito urbano y 14% en el rural)
Los y las adolescentes que deciden tener una vida sexual activa adquieren, en ocasiones, información y anticonceptivos que sus pares les recomiendan, es decir, obtienen conocimientos de personas que, al igual que ellos, están desinformadas o parcialmente informadas. Por lo general, los padres o tutores no educan a los jóvenes para que puedan tener una vida sexual segura, teniendo un conocimiento suficiente de los medios de prevenir ITS o embarazos. Los maestros se limitan, con frecuencia, a transmitir a sus alumnos información sobre el sexo desde una perspectiva fisiológica, en ocasiones compleja. Suele ser escasa la información sobre los riesgos de tener relaciones sexuales desprotegidas. Esta situación se observa en muchos países de América Latina y el Caribe debido, en gran medida, a las graves deficiencias en la educación sexual para este grupo de la población. A esto se suman las dificultades que enfrentan los jóvenes para tener acceso a métodos anticonceptivos y de protección contra ITS. Los prejuicios sociales y culturales impiden que los adolescentes conozcan y comprendan su propia sexualidad, además de limitar su capacidad de optar por alternativas diferentes a la maternidad y paternidad tempranas.
Las barreras económicas, sociales, culturales e institucionales tienen un peso importante en el acceso a la anticoncepción para este grupo de población. La imposibilidad de satisfacer la demanda de métodos anticonceptivos también aparece en la literatura sobre el tema como uno de los elementos que ponen a las adolescentes en riesgo de un embarazo no planeado o no deseado y, por tanto, de recurrir al aborto inducido para terminarlo. Como ya antes se indicó, éste se realiza muchas veces en condiciones que ponen en peligro su salud e incluso su vida.
Las mujeres no siempre perciben el riesgo de embarazo y de contraer ITS, particularmente durante las primeras relaciones sexuales que llegan a tener, cuando muchas veces no les parece muy importante tomar medidas de prevención. Esto ocurre sobre todo en el caso de mujeres muy jóvenes, cuyas prácticas sexuales son con frecuencia irregulares. Para ellas, la utilización de anticonceptivos puede parecer superflua. En muchas ocasiones, los adolescentes no emplean ningún método en sus relaciones sexuales porque éstas se presentan de manera inesperada.
Además, en la mayoría de los países en desarrollo persiste una clara dominación masculina y, por tanto, es a veces difícil que las mujeres convenzan a su pareja de emplear el uso de un método de prevención, en particular el preservativo. Como se ha señalado, el uso de métodos anticonceptivos refleja la capacidad de diálogo de la pareja. En este aspecto las mujeres suelen encontrarse en situación de desventaja, particularmente cuando tienen sexo con varones de mayor edad.
La violencia y el abuso sexual
La violencia y la coerción sexual, sobre todo la violación, son hechos comunes en la vida de muchas adolescentes, que derivan en un gran número de embarazos no deseados y abortos.
la violación es un problema social, particularmente preocupante en el caso de las adolescentes. En un estudio con mujeres tratadas por abusos sexuales en esa nación, que se realizó en 1995, 54% de las participantes resultaron ser menores de 20 años. Se trató, en todos los casos, de mujeres solteras que fueron objeto de abuso sexual, incluida la violación, en proporciones similares, por parte de algún familiar o un amigo (del 20 al 21% de los casos), por un desconocido, en el 46% de éstos, y en un 13% por alguna otra persona conocida En otro estudio sobre la opinión de los adolescentes con respecto al aborto, para el cual se consultó a adolescentes de una escuela de nivel medio y superior de la ciudad mexicana de Cuernavaca, se encontró que la mayoría de los hombres y de las mujeres estaban de acuerdo con interrumpir un embarazo en caso de violación
Derechos reproductivos y barreras para su ejercicio
El análisis de la práctica del aborto en los adolescentes también plantea la cuestión de los derechos reproductivos de tal grupo de población y el modo cómo los ejercen. En el caso de la mayoría de las mujeres de América Latina y el Caribe, tales derechos no son respetados o sólo lo son parcialmente. Este incumplimiento afecta de manera particular a las jóvenes. El respeto de tales derechos, que son parte de los derechos humanos, puede contribuir de manera muy significativa a evitar que los adolescentes ejerciten su sexualidad en condiciones de riesgo para su salud. Para garantizarlos, los jóvenes deben recibir una educación suficiente en materia de sexualidad y salud reproductiva, tener acceso a métodos anticonceptivos eficaces, que, además de permitirles prevenir embarazos no deseados, los protejan de contraer ITS.
El incumplimiento de estos derechos no afecta a todas las mujeres de la misma manera: siempre resultarán más afectadas las más jóvenes, sobre todo cuando se encuentran en condiciones económicas y sociales menos favorables y en situación de mayor dependencia con respecto a otras personas.
Por otra parte, la denuncia de las mujeres que abortaron cuando reciben cuidados postaborto en alguna institución de salud, constituye una clara violación a una serie de derechos. Entre ellos que el personal médico que las atienda preserve la confidencialidad del caso, además de estar obligado a mantener el secreto profesional. También se viola el derecho de las mujeres a decidir sobre su reproducción y al de ser atendidas con respeto en los servicios de salud siempre que sea necesario.
Tal situación se hace patente en un estudio hecho, para el cual se examinaron 46 expedientes de mujeres denunciadas por aborto. Se encontró que 50% de éstas fueron interpuestas por personal de hospitales. Asimismo, pudo confirmarse que la mayoría de las mujeres afectadas por la penalización del aborto correspondían a grupos de personas altamente vulnerables (jóvenes y solteras) y que sólo tenían acceso a métodos abortivos precarios. La mayoría (31) tenia menos de 25 años, 3 menos de 15 años, 14 de 15 a 19 años, y 15 de 20 a 24 años
El derecho a la salud de los y las adolescentes, que incluye la salud reproductiva, fue reconocido internacionalmente en la Convención sobre los Derechos del Niño, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas y en vigor desde 1990. Dicha convención se aplica en general a personas de menos de 18 años de edad. El artículo 24 de la misma reconoce el derecho de los niños y niñas “al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud”. A pesar del desconocimiento de la mayoría de las adolescentes de sus derechos reproductivos, siempre desean que el personal de salud que las atiende las trate con respeto
El acceso a métodos anticonceptivos eficaces también forma parte de los derechos reproductivos de la mujer. Al respecto, afirma que, aun cuando en los países en desarrollo se concibe la planificación familiar como un derecho humano, pocos asumen esta responsabilidad como un derecho democrático que puede beneficiar a cualquier persona. Para este autor, garantizar el acceso universal a métodos anticonceptivos constituye una meta aún por alcanzar. El incumplimiento de tal derecho, explica, afecta con mayor intensidad a la población más joven, fundamentalmente, a las mujeres adolescentes.
Los casos de abuso sexual son también una expresión de la violación de los derechos de las adolescentes. A la agresión que los autores de tales abusos infligen a las mujeres, se suma la falta de voluntad de las autoridades judiciales, sanitarias, civiles, etcétera, para hacer que se cumplan estos derechos. Además, en el caso de aborto, las legislaciones suelen penalizar solamente a las mujeres y no a los hombres responsables del embarazo
Aunque el derecho al aborto por violación es ilegal en un gran número de los países latinoamericanos, las mujeres, sobre todo adolescentes, enfrentan todavía muchos obstáculos para interrumpir un embarazo en tal circunstancia. El procedimiento para obtener la autorización de abortar en este caso es a menudo difícil, ya que por lo general requiere de la aprobación previa de diferentes instancias judiciales y de salud
Otra barrera para acceder a estos derechos la constituye la actitud de los médicos. Por razones personales, muchos de ellos se niegan a practicar abortos, aun cuando estén permitidos por la ley, como ocurre en los casos de violación. En un estudio realizado de 1998 a 1999 a 467 ginecoobstetras adscritos a hospitales públicos de Buenos Aires, 78% de los entrevistados manifestaron estar de acuerdo en que una mujer menor de 15 años aborte si el embarazo es producto de una violación
Por otra parte, en una encuesta de opinión aplicada a ginecoobstetras varones y mujeres, 31.6% de los primeros y sólo 21.1% de las segundas consideraron que el abuso sexual es una razón válida para interrumpir un embarazo. Con respecto a despenalizar el aborto en casos de violación o incesto, 52.3% de los varones y 55% de las mujeres estuvieron a favor
Con frecuencia, quienes se oponen a la legalización del aborto argumentan que tal práctica atenta contra el derecho a la vida de los aún no nacidos. Sin embargo, suelen pasarse por alto las consecuencias del “no-aborto” en las mujeres que enfrentan un embarazo no deseado, sobre todo las más jóvenes, que se encuentran en mayor desventaja para poder encarar una situación de este tipo.
ABSTRAC
El aborto practicado en condiciones inadecuadas es un grave problema de salud pública en América Latina, que afecta con particular crudeza a las mujeres más jóvenes de la región. Su alta incidencia entre las adolescentes –mucho mayor de lo que registran las cifras oficiales–, refleja las carencias en materia de salud reproductiva que aún imperan en la gran mayoría de los países latinoamericanos. Los jóvenes suelen contar con información insuficiente sobre sexualidad y el acceso a métodos anticonceptivos es todavía bastante restringido. A lo anterior se suma que en muchas de esas naciones los jóvenes tiendan a tener relaciones sexuales a una edad cada vez más temprana, frecuentemente sin estar plenamente conscientes de las consecuencias que éstas pueden tener. Todo esto explica, en buena medida, el aumento del embarazo adolescente en América Latina y, por consiguiente, que también crezca el número de menores de edad que interrumpan su embarazo. Las más de las veces, los abortos se practican de manera clandestina y en condiciones que implican un elevado riesgo para la salud e inclusive la vida de las jóvenes.
Por otro lado, la arraigada dominación masculina en las sociedades latinoamericanas también se manifiesta en el plano de la sexualidad. Es común que la pareja de una mujer se oponga a usar condones u otra clase de anticonceptivos, a pesar del riesgo de tener un embarazo no deseado, que eventualmente deba ser interrumpido. Esta incapacidad de la mujer para decidir sobre su reproducción suele ser mayor si es muy joven.
Como se ha explicado, los abortos entre adolescentes son el reflejo de una problemática que afecta con especial intensidad a este sector de la población en América Latina. Para contrarrestar lo anterior, diversos autores proponen una serie de acciones, entre las que destaca extender los programas de educación sexual para jóvenes, no sólo en su escuela, sino en otros sitios que frecuenten. También es importante ofrecerles servicios de salud reproductiva enfocados especialmente a ellos y en los cuales se brinde atención gratuita o a muy bajo costo. Tales servicios, además, deben preservar la confidencialidad de los usuarios, además de estar disponibles en forma permanente
Otra acción necesaria consiste en proveer a los jóvenes y adolescentes que hayan comenzado su vida sexual con métodos anticonceptivos modernos y, consecuentemente, muchos más efectivos que los tradicionales. Entre tales métodos, indispensables en la prevención de embarazos no deseados, destaca la anticoncepción de emergencia, particularmente útil en casos de violación y en relaciones sexuales no protegidas. Del mismo modo, debe garantizarse el acceso de los jóvenes a servicios médicos de calidad donde se practiquen abortos o se traten sus complicaciones. Esto puede contribuir, asimismo, a que tal experiencia sea lo menos dolorosa posible, pues, el aborto entre las adolescentes es un proceso traumático desde el punto de vista biológico, psicológico y social y de salud, porque es una causa importante de morbilidad y mortalidad maternales entre estas jóvenes. Las consecuencias del aborto suelen ser mayores en menores de dieciséis años, grupo de mujeres en el que se presentan los mayores riesgos psicológicos y fisiológicos
Como antes se indicó, la situación de vulnerabilidad en que se encuentran muchas adolescentes y jóvenes las expone a sufrir violencia sexual que pueden derivar en embarazos no deseados, además de correr el riesgo de contraer alguna ITS, como el HIV/sida, cuya propagación entre los jóvenes latinoamericanos es motivo de preocupación
El mayor acceso de los adolescentes y jóvenes a servicios de aborto seguro implica necesariamente la modificación de las leyes en la materia. Aunque en la gran mayoría de los países de América Latina éstas siguen siendo muy restrictivas, hasta ahora no han servido para erradicar el aborto y sólo fomentan su práctica ilegal. Del mismo modo, es importante hacer respetar la aplicación de las leyes existentes sobre aborto a fin de garantizar el acceso de los jóvenes a esta práctica cuando, por ejemplo, la mujer desee interrumpir un embarazo producto de una violación y en otros casos previstos por la legislación.
Otro punto que merece especial atención es que se promuevan de manera decisiva los derechos sexuales y reproductivos para que también puedan ejercerlos los jóvenes Ha habido en la región ciertos avances al respecto.
Aunque mujeres de diversa edad recurren al aborto, este recurso tiene, a menudo, mayores consecuencias entre las adolescentes, pues por lo general se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Las jóvenes dependen, en muchos casos, económica y emocionalmente de sus padres u otras personas adultas con quienes vivan. Por lo mismo, cuando enfrentan un embarazo no deseado suelen carecer de autonomía para decidir de manera ecuánime si continúa o lo interrumpen. En este último caso carecen de recursos para practicarse un aborto con personal médico calificado y en condiciones adecuadas.
Del mismo modo, las adolescentes son comúnmente estigmatizadas por embarazarse fuera del matrimonio, lo que puede llevarlas, en casos extremos, a interrumpir su gestación por cualquier medio, incluso induciéndose ellas mismas un aborto. Paralelamente, hay una condena social del aborto como acto reprimido por la justicia, la religión y la sociedad, y también porque revela una sexualidad adolescente socialmente poco admitida. Así, las mujeres ocultan a menudo este aborto a sus allegados y tienden a describir como espontáneos los abortos provocados para evitar ser estigmatizadas, en particular por parte del personal médico que las atienda