5 maneras que, sin saberlo, destruyen la autoestima de tus hijos
1. Confundir ser con estar: Los niños tienen tendencia a definirse a sí mismos de acuerdo al estado de ánimo que sienten en determinado momento, como si ese aspecto fuera la totalidad de su ser. Si a tu hijo una tarea no le sale, decirle: "Cuidado porque no eres listo con las matemáticas", puede hacer que se paralice y en lugar de intentar resolver la tarea, quede hundido en la emoción de parálisis que le genera el no saber afrontar esa situación. Si cambias la forma en la que respondes ante sus dificultades, el sentimiento: "Soy un inútil, los deberes son muy difíciles para mí", se transformará en: "Los deberes son difíciles, pero yo puedo realizarlos aunque me fastidie hacerlos".
2. Evitar que se equivoque: Equivocarse es parte del proceso de aprender, pero si constantemente tus hijos sienten que no pueden fallar, pronto el temor a equivocarse será el motor que los impulse a no creer en ellos mismos, lo que bloqueará su capacidad creativa. Cuando los niños crecen con la idea de que cometer un error es algo peligroso, habrá pocas probabilidades para que se aventuren a nuevos emprendimientos y desafíos.
3. Poca valoración de sus logros o exigencia extrema: ¿Te has preguntado de dónde va a obtener tu hijo su valor personal, si este no proviene de ti? Ten presente que por pequeños que sean sus logros, es muy importante celebrarlos y hacer sentir a tu hijo que valoras sus esfuerzos y que estás orgullosa de sus resultados.
4. Nunca es suficiente: Este es uno de los errores que más dañan la autoestima de los niños y que se manifiesta en frases como: "Podrías haberte esforzado más" o "La próxima trae mejores notas". El temor a no cumplir con las expectativas paternas puede ser tan doloroso, que muchos adultos todavía sienten que son unos fracasados por no haber logrado algo que sus padres esperaban de ellos. La sobre exigencia que excede las propias capacidades de los niños, no hace otra cosa que generar cuadros depresivos contundentes.
5. Desvalorización por ciertas ineptitudes: Cuando un niño siente que por no poder hacer algo concreto no es valorado ante tus ojos, su mundo emocional comienza a desmoronarse. Frases como: "Mi hijo es un tronco para los deportes", puede ser tan hiriente como una paliza que lo desfigure de por vida. No todos los niños tienen que ser perfectos, una falla educativa en este aspecto no conduce a otra cosa que un niño desvalorizado y un futuro adulto infeliz.
7 errores paternales que impedirán a tus hijos ser los líderes del futuro.
Es muy común que a veces los padres intenten ayudar a sus hijos sin pensar que a veces no le están haciendo el bien que realmente esperan..
Es muy común que a veces los padres intenten ayudar a sus hijos en todo lo que ellos hacen, y brindarle todo lo necesario para que así puedan lograr hacerlo lo mejor posible y dar lo mejor de sí; pero, inconscientemente, por el mismo desconocimiento, utilizan métodos poco apropiados de educación, no siendo la mejor forma para potenciar el liderazgo en ellos, y en vez de ayudarlos, frenan un poco su capacidad de desarrollo y de creatividad
A continuación las 7 conductas a evitar:
1. Predicar sin el ejemplo
Los niños aprenden de lo que les dices, pero sobre todo de lo que ven. Si les dices que dejen de estar todo el tiempo con el celular, pero te ven a ti haciéndolo, difícilmente harán caso, porque ellos quieren ser como su padre y su madre, y aprenden, sobre todo, por lo que observan. Cualquier cosa que les pidas, necesitas darles ejemplo, como los hábitos del trabajo, el orden, la sinceridad, la alegría o la actitud positiva.
2. Evitar a toda costa que los niños vivan riesgos
Muchos padres protegen demasiado a los hijos, y según explica Elmore, evitar a toda costa que experimenten el riesgo, no les ayuda, ya que la vida tiene riesgos, y si bien los niños, sobre todo cuando son pequeños, necesitan seguridad y protección de forma progresiva, es importante que vayan aprendiendo a desarrollar sus propios recursos para enfrentarse al riesgo, la adversidad o el conficto. Esto les ayudará a ser capaces de asumir riesgos cuando en el futuro quieran crear su propio negocio o liderar equipos de trabajo.
3. Confundir talento con madurez
Hay niños prodigio, algunos con notas excelentes o con mucha capacidad para hacer amigos. Por mucho talento que tenga tu hijo, es probable que haya áreas donde no esté educado y necesite seguir trabajando para mejorar. Si es muy hábil con los números, recuerda que también necesitará madurar emocionalmente; y si es un genio de las relaciones sociales, recuerda que también necesitará disciplina.
4. Rescatar demasiado pronto
Los ninos que son rescatados rápidamente se acostumbran a que sus actos nunca tienen consecuencias negativas, porque lo que observan es que siempre que cometen un error se soluciona pronto y sin su esfuerzo. Esto es lo más opuesto a la vida real y al día a día de cualquier líder, que constantemente se enfrenta a pérdidas o confictos a partir de sus errores o los de su equipo. Por eso, Elmore recomienda dar espacio a los hijos para que noten las consecuencias de sus fallos y encuentren sus propias soluciones.
5. Mostrar entusiasmo con facilidad
Si además de no recibir las consecuencias de sus errores se acentúan excesivamente los aplausos por sus aciertos, el niño acaba viviendo en una realidad distorsionada de la que es el centro de atención y donde no hay difcuítad. Se recomienda dar reconocimiento a los hijos, pero no en exceso.
6. No contar los errores y las debilidades propias
Muchos padres y madres tienen la falsa creencia de que el hijo les querrá o admirará más si nunca les ve fallar, pero el líder que más inspira es aquel que también muestra su vulnerabilidad. El padre que sólo cuenta sus éxitos hace creer al hijo que es perfecto, y se pasará la vida tratando de serlo también, sin aceptar ni gestionar bien sus fracasos. Además, con el tiempo es probable que se decepcione al descubrir que su padre tenía errores, así que es mejor que su admiración y afecto desde pequeño se base en una imagen lo más realista y rica posible.
7. Dar una recompensa por cada logro
Igual que el reconocimiento, los regalos y premios deben tener un límite. Hay momentos en que los niños necesitan darse cuenta de que es su responsabilidad hacerlo bien, aunque nadie se alegre por ello ni le premie por hacerío. La tarea bien hecha debe ser un premio en sí mismo para que se acostumbre a ser responsable
6 errores de crianza que seguro no cometerás con tus hijos
¿Consideras que la forma en la que te criaron tus padres fue la correcta? ¿le cambiaras algo? si así es acá te dejo 6 errores en la crianza que tus padres quizá cometieron contigo y seguro no repetirás con tus hijOS
La crianza de los niños de hoy no es para nada similar a la de hace 10 años atrás y muy probablemente no se parece a la que te dieron a ti. No es mala, no es buena, solo diferente. Pero no solo con el paso del tiempo la educación de los hijos cambia, sino también con la idiosincrasia de cada familia y la cultura del país en el que se viva.
Una historia familiar
Recuerdo a mi abuela contar que cuando ella estudiaba en la escuela, los padres les permitían a los profesores reprender con castigos físicos a los alumnos cuando el niño les desobedecía o no llevaban una tarea o ante cualquier otra falta, y pues desde luego, las cosas no eran muy diferentes en el hogar. Mi abuela debía ayudar con el cuidado de sus hermanos más pequeños y con las labores del hogar, así que ni pensar en ir compartir con amigos y jugar en las calles del pueblo.
El caso de mi madre fue diferente. Ella tiene 6 hermanos y en su infancia, eran ellos sus compañeros de juego además de los niños de la cuadra, jugaba con ellos cada que mis abuelos se lo permitían. Sin embargo, si cometía una falta o se peleaba con sus hermanos, las reprimendas físicas no se hacían esperar. También debía ayudar en casa con algunos quehaceres y no tenía ni una excusa para ir mal en la escuela. Pero fue una infancia diferente a la de mi abuela, con menos responsabilidades de adultos.
En cuanto a mí, puedo y debo decir que pude disfrutar de largas temporadas vacacionales y juegos con los vecinitos de la cuadra, cosas inimaginables para mis abuelos o mi madre. El castigo físico en la escuela estaba abolido. Al igual que mi madre e incluso mi padre, también recibí castigo físico por mis faltas. Mi madre me enseñó las labores del hogar, así que debía ayudar en las tareas hogareñas. Hoy día esas cosas las agradezco a mis padres pues no sé qué hubiera sido de mí en mi adolescencia si no me hubieran sabido corregir a tiempo. Pero algunas cosas seguro que no las haré con mis hijos porque me lastimaron mucho.
Si tú haces memoria y recuerdas tu crianza e incluso si ya eres madre o padre, estoy segura que hay aspectos de tu crianza que has omitido en la educación de tus hijos, ya que con esos métodos en vez de hacerte sentir que te estaban educando, hacían que te sintieras herido y maltratado. Algunas de esas "técnicas" educativas que seguro NO incluirás en la crianza de tus hijos son:
Gritar a tus hijos e insultarlos en momentos de rabia
Hace poco pasaba por una casa donde una madre enfurecida con su hijito le gritaba y le decía cosas que a mí me ofendieron y eso que solo era una espectadora ajena a la familia. No me quiero ni imaginar cómo se sentía el pobre niño.
Mandarlos a dormir sin comer
No me parece una forma correcta ya que algunas familias a veces no tienen forma de dar a sus hijos una alimentación adecuada y no es por elección sino por necesidad. Si tú tienes la oportunidad de nutrirlos bien, por qué no hacerlo. Quitarle la comida a un niño es aumentar las dificultades del menor en lugar de dar una lección.
Mandarlos a la cama estando enojados con ellos
Ya lo he dicho en artículos anteriores, no tenemos la vida comprada y es mejor hacer las paces con los hijos ya que el enojo debido a la falta no dura mucho. El amor no se debe negar a un hijo jamás.
Ignorarlos o mostrarte indiferente con ellos
Esto es terrible y si a ti te castigaron de esta manera recuerda cómo te sentías al ser el "pequeño invisible en casa".
El castigo físico
Sí, aunque a veces los padres sientan que los hijos se merecen un par de palmadas en el trasero, sepan que esa puede ser una manera de crear en los niños baja autoestima y generar rencor hacia ustedes.
Comparar a los hijos
De todas para mi es la peor. Genera inseguridad, sentimiento de inferioridad e incluso ganas de "desquitarse" con el hermano con el que se es comparado.
Ser padres no es tarea fácil, sin embargo, la vida te va dando la experiencia para ser el tipo de guía amoroso que tu hijo necesita, críalos y edúcalos con amor.
CÓMO MANEJAR TU ENOJO
El enojo es una de las emociones más destructivas. Arruina relaciones, intimida a los compañeros de trabajo, y genera sentimientos negativos. Así que resulta sorprendente que sea un asunto que se pase por alto con tanta frecuencia. En algunos ámbitos el enojo incluso se considera positivo, una herramienta para obtener lo que se quiere.
Sin embargo, llega el momento en que muchas de las personas enojadas se dan cuenta de que tienen que cambiar de táctica. Comienzan a ver lo negativo que el enojo es en realidad. Cuando se le compara con su supuesta utilidad, enojarse resulta exagerado, poco práctico y nada saludable. Es exagerado porque tu enojo no hace que los demás cambien, sin importar qué tanto creas que deben hacerlo. Es poco práctico porque la ira de una persona es diminuta en comparación con los males y las injusticias del mundo. No es saludable porque el malestar que sientes después de un estado de estrés es dañino para cada célula de tu cuerpo.
¿Estás Enojado?
¿Qué tanto depende tu enojo de ti mismo? ¿Te has puesto a analizarlo y lo has visto como la emoción negativa que es? La reciente decisión de la NFL de adoptar una postura fuerte en contra de la violencia doméstica, después de décadas de ignorarla, es un señalamiento a la violencia que nos incomoda exponer en la vida diaria. El enojo está enraizado en la naturaleza humana, de eso no hay duda. Y se presenta en toda una gama de variantes, como el justificado sentido de la justicia, el resentimiento insignificante, las fantasías de venganza, el acoso de todo tipo, y la intimidación —todas experiencias humanas muy comunes— antes de intensificarse hasta convertirse en agresión física, delitos y guerra. Todos nos enfrentarnos a la agresión, ya sea como víctimas o como agresores.
Cómo Disminuir el Enojo
Suponiendo que has llegado a un punto en el que quieres hacer algo con tu propio enojo, o el enojo dirigido hacia ti, ¿dónde empezar? Los psicólogos te aconsejarían que evalúes el nivel del problema y tomes las medidas pertinentes para lidiar con los problemas que se presenten. Pero la terapia para el manejo del enojo parece servir de poco; te enseña a estar más consciente de tu enojo, pero no es útil cuando éste decide estallar. Se trata de una fuerza demasiado primaria para vencerla con control racional.
Las tradiciones de sabiduría del mundo adoptan una táctica distinta, y nos enseñan dos cosas importantes:
Tu enojo únicamente tiene que ver contigo. Nunca lo enfrentarás sino hasta que vayas hacia adentro para analizarte.
Una vez que vayas hacia tu interior, verás que el enojo no es parte de tu verdadero yo. Sé tu verdadero yo y se resolverá el enojo.
El primer punto evita que caigas en el interminable círculo de la culpa, en el que estás atento a lo que sucede en el mundo y detectas algo o a alguien que te enfurece, con lo que le das poder al enojo. Las tradiciones de sabiduría del mundo entienden que suceden cosas malas, a veces, mucho más terribles de lo que nos podemos imaginar. Pero sin importar lo despiadado de la falta, la transgresión, o la guerra, el enojo siempre es personal; su semilla infecta incluso a las mejores causas. Sólo yendo hacia adentro y sacando la semilla podrás contribuir a poner fin a la violencia. Esta táctica no le parece atractiva a aquellos que creen que hay que contraatacar, por supuesto. No será sino hasta que aceptes la negatividad del enojo y los malos efectos que tiene en tu personalidad cuando podrás comprobar si ir hacia adentro es la respuesta.
El segundo punto dice que cuando decidas ir hacia tu interior, te sorprenderá lo enredado que está el enojo con toda tu personalidad, tus acciones, creencias diarias y la visión que tienes del mundo. Cada persona contiene el enojo de siglos. Los efectos son tan penetrantes que no existe respuesta a nivel de tu personalidad-ego, que cree en el enojo y tampoco puede controlarlo.
Vive Tu Verdadero Yo
El nivel del problema no está al nivel de la solución. Para encontrar la solución, debes ir al fondo de tu conciencia, donde existes como el verdadero yo: ese nivel en todos nosotros que está en silencio, en paz, y satisfecho de existir. El verdadero yo es la fuente de sabiduría que quieres alcanzar; no es fatalismo pasivo. Te empoderarás con más creatividad, inteligencia, tolerancia y compasión, que son precisamente lo que se necesita para poner fin a la violencia en ti mismo y en el mundo. Vale la pena considerar si el viaje al verdadero yo es lo suficientemente valioso para hacerlo. Para mí, es la única respuesta al daño que el enojo ha causado en la vida de cada uno de nosotros.