ProblemaS
Anorexia y bulimia.
¿Cómo se pueden prevenir y tratar?
¿Cómo se pueden prevenir los trastornos de conducta alimentaria?
HIPOTESIS
La prevención se puede realizar en diferentes ámbitos, como en la familia o en el colegio:
• Los centros escolares pueden suponer una fuente de información muy válida, tanto para los padres como para los alumnos, mediante conferencias impartidas por profesionales. Asimismo, las actitudes de los profesores y de las compañeras ante la sospecha de un caso, pueden resultar determinantes en la detección.
• En casa, la prevención se basa en una adecuada relación familiar, con supervisión directa por parte de los padres y promoviendo un ambiente favorable para el diálogo. A pesar de que los padres puedan sentirse como “intrusos” en la intimidad de sus hijos, cuando se sospeche alguna conducta alimentaria alterada es muy importante que la observen de cerca. El hábito de comer en familia es una de las principales medidas preventivas.
Contenido
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son alteraciones psicológicas graves, cuya frecuencia está aumentando de forma paradójica en una sociedad de sobreabundancia pero que a la vez rinde un excesivo culto al cuerpo e impone la delgadez como ideal de éxito y de belleza.
Entre los TCA destacan la anorexia y la bulimia nerviosas, son una alteración del comportamiento caracterizada por un miedo excesivo a engordar, aun cuando el peso de las personas que los sufren sea normal o esté incluso muy por debajo de lo saludable.
Estas personas tienen una percepción distorsionada de su figura corporal, se ven siempre gordas, convierten la comida en el eje central de sus preocupaciones, y desatienden progresivamente otros aspectos de sus vidas.
Los TCA tienen graves consecuencias físicas, cognitivas, perceptivas y emocionales.
A nivel físico, la pérdida voluntaria de peso mediante dietas, ayuno y hábitos purgativos pueden llevar a un estado de desnutrición severo, afectando seriamente a múltiples sistemas del organismo como el endocrino, gastrointestinal, cardiovascular, renal u óseo.
Estos trastornos del comportamiento en la alimentación aparecen como manifestación de la existencia de otro tipo de problemas de origen psicológico, familiar y/o sociocultural.
Las personas afectadas por la anorexia o la bulimia sienten que la resolución de sus problemas personales pasa por estar delgadas, mantener un peso bajo y llevar un fuerte control sobre los alimentos que consumen.
La bulimia nerviosa se caracteriza, además de por el terror a engordar o subir de peso, por la falta de autocontrol en la alimentación.
Estos pacientes sufren episodios recurrentes de voracidad, los llamados “atracones”, en los cuales ingieren grandes cantidades de alimentos en muy breve espacio de tiempo.
Las personas que sufren bulimia se sienten incapaces de controlar el tipo y cantidad de comida que toman durante los “atracones”, experimentan un fuerte sentimiento de culpabilidad y realizan después conductas compensatorias inapropiadas como la provocación del vómito, el uso excesivo de laxantes y diuréticos y periodos de ayuno con el fin de no ganar peso.
El comportamiento bulímico suele mantenerse en secreto y, a diferencia de los pacientes que sufren anorexia, los bulímicos no tienen habitualmente una figura demacrada que los traicione, lo que dificulta la identificación de esta enfermedad.
La autoinducción del vomito de forma continuada causa trastornos fisiológicos graves en el aparato digestivo y el abuso de diuréticos y laxantes puede llegar a producir alteraciones metabólicas y cardiacas fatales.
Muchos de los síntomas de la bulimia son compartidos a los de la anorexia, de hecho del 30% al 50% de los adolescentes bulímicos también cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al inicio de su enfermedad.
Otros TCA
Trastorno por atracón o comedor compulsivo.
Estas personas presentan periodos de voracidad coincidiendo con momentos de estrés o ansiedad, sin que realicen conductas compensatorias purgativas.
Con frecuencia suelen estar permanentemente a dieta.
El principal problema de este trastorno es que puede evolucionar a otros tipos de TCA con mayores repercusiones para la salud.
Es el Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) caracterizado por la presencia de una pérdida deliberada de peso.
La persona afectada de anorexia se niega a mantener su peso corporal dentro de los parámetros considerados normales para su grupo de edad y estatura, al tener una percepción completamente distorsionada de su figura corporal.
Los enfermos de anorexia se ven gordos a pesar de que su peso se encuentre muy por debajo de los límites establecidos como saludables.
Una vez iniciada la enfermedad, ésta tiende a perpetuarse. Las personas con anorexia están constantemente haciendo dieta.
Para ellos la restricción en la ingesta de alimentos es un método emocional para sentir que controlan sus propias vidas, es la "solución" a todos sus problemas.
La mayoría de las personas que padecen anorexia nerviosa se niegan a reconocer que tienen esta enfermedad y la repetición de este tipo de conductas van deteriorando día a día su salud física y su autoestima.
El ayuno autoimpuesto puede llevar a estas personas a un importante estado de desnutrición afectando al sistema endocrino, gastrointestinal, cardiovascular u óseo entre otros, que puede resultar fatal en los casos más graves.
PROPUESTAS DE SOLUCION
Prevención desde la familia
Qué es anorexia y bulimia?
Tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa
• Enseñar y educar desde la infancia, en la familia y en los centros escolares, a llevar una vida saludable inculcándoles hábitos de alimentación sana y de actividad física adecuadas a sus facultades.
• Ayudarles con comprensión y confianza a conocer su propia realidad biológica y psíquica, sus capacidades y limitaciones infundiéndoles seguridad en sus propios valores, de forma que puedan sentirse a gusto consigo misma y se acepten como realmente son.
• Fomentar la autonomía y criterios capaces de evitar que los excesivos mensajes de los medios de comunicación y la publicidad sobre una imagen corporal falsamente perfecta, se convierta en una meta a conseguir y en un modelo que se olvida de los valores integrales de la persona.
• Es muy conveniente realizar las comidas en familia, a ser posible nunca en solitario, aprovechándolas para una verdadera comunicación y contacto.
• Evitar proponerles metas académicas, deportivas, o estéticas inalcanzables con arreglo a su capacidad mental o constitución física, ya que ello les podría producir una disminución de su autoestima.
• Si precisan perder peso por razones de salud, hacerlo siempre con un estricto control médico. Si manifiestan sus deseoS de perder peso innecesariamente o comienzan a reducir su alimentación y ante la más mínima sospecha de pérdida excesiva o reducción anómala de su alimentación, consultar con especialistas de atención primaria.
• Es preciso saber que la preocupación continua por la comida en este tipo de trastornos alimentarios se convierte en algo obsesivo, que la persona no puede dejar de hacerlo con el consiguiente sentimiento de confusión y estados de ansiedad y depresión.
Cuando ya se haya detectado el trastorno alimentario, utilizar la calma y el sosiego para la búsqueda de soluciones, y para ello, la familia no se debe culpabilizar ni recriminar estas conductas. Todo ello ayudará a una mayor eficacia. En estos casos es importante buscar ayuda a través de los dispositivos sanitarios de atención primaria quienes evaluarán el problema y lo derivarán si procede a otros ámbitos de atención especializada y de salud mental en su caso.
Es conveniente agruparse en asociaciones de familiares con personas afectadas o grupos de ayuda mutua para intentar mejorar la atención a estos problemas, y sensibilizar a la sociedad sobre este tipo de enfermedades. Estas asociaciones realizan acciones reivindicativas para conseguir una mejor asistencia médica y psicológica denunciando a los medios de comunicación por la utilización de mensajes negativos.
Todas las personas relacionadas con la educación también tienen un papel importante en la detección precoz de estos trastornos, observando los comportamientos, cambios emocionales y de aspecto físico que pueden hacer pensar en este tipo de trastornos alimentarios.
¿Cómo se puede sospechar que una persona tiene un trastorno de la conducta alimentaria?
Algunos signos de alarma pueden ser:
• Comienza a comer sola, fuera de casa o a evitar comer son sus familiares.
• Rechaza alimentos hipercalóricos o formas de preparación grasas, como fritos o salsas.
• Discute o regatea las raciones. Trocea mucho los alimentos.
• Bebe agua en gran cantidad, antes o durante las comidas.
• Visita con frecuencia el baño, en especial tras las comidas.
• Prefiere alimentos light o busca chicles o caramelos sin azúcar.
• Muestra interés por el contenido de los alimentos o su preparación.
• Comienza a realizar más ejercicio físico, en especial a solas o a escondidas.
¿Cómo se pueden prevenir los trastornos de conducta alimentaria?
La prevención se puede realizar en diferentes ámbitos, como en la familia o en el colegio:
• Los centros escolares pueden suponer una fuente de información muy válida, tanto para los padres como para los alumnos, mediante conferencias impartidas por profesionales. Asimismo, las actitudes de los profesores y de las compañeras ante la sospecha de un caso, pueden resultar determinantes en la detección.
• En casa, la prevención se basa en una adecuada relación familiar, con supervisión directa por parte de los padres y promoviendo un ambiente favorable para el diálogo. A pesar de que los padres puedan sentirse como “intrusos” en la intimidad de sus hijos, cuando se sospeche alguna conducta alimentaria alterada es muy importante que la observen de cerca. El hábito de comer en familia es una de las principales medidas preventivas.
La prevención es una herramienta fundamental en estos trastornos.
El primer paso es identificar los diferentes factores y conductas de riesgo.
En este aspecto se ha identificado la concepción negativa de la imagen corporal como el factor de riesgo modificable más importante para el desarrollo de un TCA. Por tanto, este factor, condicionado por los modelos estéticos de delgadez, debe tenerse en cuenta a la hora de seleccionar población en riesgo.
Para realizar un trabajo preventivo es necesario conocer todos los cambios psicológicos que tienen lugar en la pubertad y adolescencia y una vez procesada toda esta información llevar a cabo una adecuada intervención psicosocial, no solo en el ambiente familiar y educativo, sino también en los medios de comunicación y en la industria dietética y de la moda.
Prevenir en casa
La familia es el lugar donde se detectan los primeros síntomas, siendo así el lugar principal donde se pueden detectar y prevenir estos trastornos; por ello, es muy importante la calidad de las relaciones dentro de la familia.
Los padres no deben olvidar que los adolescentes están en proceso de construcción de su identidad y que no poseen aún criterios y valores propios que les permitan escapar a la presión de los modelos estéticos vigentes.
Todos los miedos típicos de la adolescencia se suavizan si se cuenta con un ambiente familiar positivo que proporcione seguridad, consejo y apoyo sin caer en la sobreprotección.
Prevenir en la escuela
Después de la familia, la escuela es el lugar donde las personas establecen los primeros códigos de relaciones y respuestas ante las situaciones de la vida cotidiana.
La escuela supone para el niño/adolescente una apertura a un mundo más amplio y le sitúa ante un nuevo aprendizaje sobre sí mismo/a.
Como fuente de prevención el trabajo en el aula debe ir dirigido a ayudar a los adolescentes a:
o Desarrollar un juicio más crítico sobre los ideales estéticos.
o Formar sus propios valores.
o Valorar su cuerpo y todas las posibilidades que éste ofrece.
o Animar en la elección de modelos positivos.
o Reconocer sus capacidades y limitaciones.
o Respetar las diferencias.
Otras intervenciones para la prevención
El culto a la delgadez es alentado de forma abierta por todos los medios de comunicación.
Una normativa mucho mas estricta debería controlar, por un lado, la publicidad engañosa sobre productos destinados a la alimentación y sobre las propiedades de todo tipo de artículos "light"; y por otro, la utilización de mujeres jóvenes, esbeltas y bellas para la transmisión del estereotipo de cómo debería ser nuestra imagen corporal si queremos tener éxito, felicidad, prestigio u otras cualidades que en realidad nada tienen que ver con el cuerpo.
Otro campo en el que se requiere intervenir es en la moda, cuyas tendencias han llevado a los fabricantes de prendas de vestir a sacar al mercado tallas como la 36, hasta ahora inexistente, encontrándose en algunas tiendas de moda incluso tallajes inferiores
CONCLUCIONES
Potenciar la autoestima
Es fundamental potenciar la autoestima, ofrecer modelos humanos no estereotipados y favorecer positivamente las diferencias estableciendo medidas de acción positiva para compensar posibles situaciones de menosprecio en el ámbito escolar.
La prevención en la escuela va a consistir fundamentalmente en desarrollar habilidades personales y sociales, potenciar hábitos y actitudes saludables, así como promover una acción responsable y solidaria con la comunidad.
A través del denominado "curriculo oculto" es decir los valores y actitudes que se encuentran de forma implícita en el que hacer cotidiano de las clases, conducta del profesorado repartición de papeles etc.. se puede influir también positiva o negativamente en los trastornos de alimentación.
Es preciso que los programas que se desarrollen para esta prevención contengan mensajes positivos y no excesivamente dramáticos.
