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¿Qué deben hacer las escuelas?
En un principio, no cerrar los ojos a la realidad. Establecer reglas para evitar el bullying, mantener un buzón de sugerencias y de quejas siempre abierto, tratar el tema a través de cursos, conferencias o tutorías, poner a cuidadores o vigilantes en el comedor, en el recreo, y en otras zonas de riesgo, introducir y mantener asignaturas de educación en valores, e intervenir de una forma rápida, directa y contundente en el caso de haya alguna sospecha de acoso escolar. En complicidad con el centro escolar, los profesores deben colaborar en la identificación de algún caso, o simplemente estableciendo con sus alumnos unas normas de no agresión.
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¿Qué pueden hacer las instituciones y los medios de comunicación?
Crear y mantener un teléfono público para los niños es una forma de abrir una puerta a sus posibles conflictos. Las campañas anuales de sensibilización también pueden funcionar para prevenir el acoso escolar. En cuanto a los medios de comunicación sería interesante y muy viable que controlasen más los contenidos que emiten o publican.
La sociedad en general debe prevenir y atajar posibles brotes de acoso. Es necesario estar atento y no dejar pasar nada o pensar que todo es normal o se trata de una broma. Cuando un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso no se repita. Cuando en el patio del colegio alguien se burla del aspecto de otra persona, hay que reprenderle. Lo malo se corta por la raíz.
Cómo combatir el bullying.
Aunque el bullying no es algo nuevo, muchos padres no saben cómo orientar a sus hijos cuando son víctimas de esta clase de acoso escolar. Es por esta razón que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), ambas instituciones mexicanas, ofrecen una serie de recomendaciones para padres e hijos para que juntos enfrenten esta problemática.
1.-Fomentar en los niños la idea de que nadie puede abusar de ellos física, psicológica ni sexualmente, así como conocer conductas que no deben de permitir en las relaciones con sus iguales y personas adultas.
2.-Preparar a los hijos para afrontar conductas incómodas y presiones grupales, además de crearles una cultura pacifista y no violenta.
3.-Los niños que sufren de bullying no deben quedarse solos en zonas donde no haya personal de la escuela.
4.-Hablar con sus padres, amigos o familiares sobre las agresiones sufridas.
5.- Tratar de no demostrar miedo ni disgusto, contestar con humor las burlas recibidas, evitar responder los ataques y refugiarse donde haya un adulto.
6.-Un menor que sufre bullying presenta alguna de las siguientes características: nerviosismo durante las clases, exclusión de los equipos de trabajo, baja notable en las calificaciones o irritabilidad y tristeza constante.
7.-Los síntomas del “niño agresor” son los siguientes: hablar despectivamente de algún compañero de clase, presenta conductas prepotentes con sus hermanos o amigos, soluciona sus problemas con violencia, se enoja fácilmente y no logra controlar su ira.
8.- Para los niños que son generadores de bullying se recomienda a padres y maestros enseñar a los infantes a descifrar, criticar y autocontrolarse. Educar para controlar las emociones, para comportarse con los demás y convivir con otros.
9.-En los casos de niños agresores es muy importante observar los comportamientos, estados de ánimo y los cambios en los hábitos de los pequeños dentro y fuera del aula, impulsar la inteligencia emocional, la solidaridad, el compromiso y la tolerancia. Promover los valores, la educación intercultural, la diversidad, el civismo y la convivencia.
10. Padres y maestros deben buscar fórmulas y estrategias que corrijan o prevengan la violencia en las instituciones educativas, al igual que establecer y debatir una serie de normas y reglamentos que sea aceptada por todos los afectados.
Expertos en el tratamiento y combate del bullying mencionan que influye mucho la percepción que los alumnos tienen de la disciplina en su escuela, ya que ésta puede reducir los actos violentos. Sin embargo, cuando la institución es muy estricta, la agresividad entre los alumnos es mayor.
Como prevenir la violencia escolar
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El juego es un canal común para expresarse y descargar tanto sentimientos positivos como negativos. Permite un equilibrio emocional. Por lo tanto, es común que podamos observar, a través de esos juegos, situaciones de violencia que los niños hayan vivido o visto en el seno de su familia, la televisión, etc.
Esta es una de las razones por lo que la escuela suele ser el lugar en donde aparece esa agresión.
Si bien es cierto que el niño pequeño daña sin intención a algún compañero, desde ese mismo momento debemos tratar el origen de la agresión para que la misma se revierta.
La violencia dentro de un establecimiento escolar es algo complejo, ya que responde a una gran amplitud de causas a veces difíciles de individualizar, pero siempre, lo mejor es llevar a cabo un plan de prevención como solución a esta problemática. Las siguientes acciones pueden ayudar a este ámbito a lograr una convivencia sin problemas entre todos los integrantes de la comunidad educativa.
El primer acto de violencia (no el segundo o el tercero) indica una reunión inmediata de toda la comunidad educativa para discutir, aunar criterios y proponer estrategias y soluciones.
Lo principal con respecto a este tema, como dijimos anteriormente, es la prevención, y para ello hay que tomar acciones desde las salas más pequeñas del jardín de infantes y aunar criterios entre los distintos niveles, incluido el secundario.
Por ejemplo:
- Actuar en conjunto
- Respetar el derecho de todos
- Posibilitar diferentes espacios de expresión
- Promover la no discriminación bajo ningún motivo (color de piel, ojos, religión, etc.)
- Actuar con afecto
Además, el docente debe ser el ejemplo ante todos los niños, contenerlos y ser generador de ejemplos y transmisor de ideales y valores
En los recreos, la mirada atenta de cada docente deberá ser sentida por todos los niños, y además, permitirá intervenir de inmediato ante el comienzo de una acción agresiva de un compañero hacia otro.
Podríamos decir entonces que para evitar la violencia dentro de la escuela se debe trabajar conjuntamente y crear entre todos, adultos y niños, un ambiente sano, en el cual prevalezca el respeto, la libertad, la posibilidad de expresarse sin miedos y el afecto.
