Estos comentarios son parte de la realidad cotidiana en las escuelas. Todos sabemos que estas cosas pasan. Que algunas son graves, y que otras son simplemente, parte del descubrimiento infantil. La escuela es testigo voluntario o involuntario del desarrollo de situaciones relacionadas con la sexualidad en todas las edades de los alumnos y que suelen crear conflictos en la comunidad educativa. Pero muchas veces, los maestros y los directivos no saben cómo encararlas
Por otro lado, la realidad también nos muestra que el tema sexualidad es encarado siempre por los adultos, conciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, en cada gesto, en cada palabra, en cada actitud ante las cuestiones sexuales surgidas. Los docentes, quieran o no, positiva o negativamente, educan sexualmente. Así mismo lo hacen los padres, los amigos, los medios de comunicación, la sociedad toda. Esta es la Educación Sexual Informal o Socialización Sexual.
Muchas veces, ante las propuestas profesionales de encarar la prevención de las problemáticas sexuales con acciones específicas de Educación Sexual en las escuelas, surgen diversas alternativas de respuestas de sus directivos:
· Las negativas manifiestas porque consideran que se fomentaría el libertinaje, la práctica desordenada e irresponsable de la sexualidad.
· Las negativas que nunca llegan a explicitarse.
· Las aceptaciones que tardan en implementarse o no se implementan nunca (por motivos económicos, porque los docentes no quieren ocupar su tiempo libre en capacitación o porque no se encuentra el tiempo dentro del horario escolar).
· Las discusiones permanentes en los niveles de decisión acerca de si realizar o no la actividad.
· La aceptación solamente de una charla informativa biológica, dirigida a los alumnos, en la que los docentes, muchas veces no participan.
La realidad nos sigue mostrando que los proyectos de educación sexual en las escuelas que se van llevando a cabo, lo hacen en las “más progresistas”, donde los directivos se interesan por el tema. Este tipo de actividades, dirigidas a los alumnos, los docentes o los padres, son esporádicas y duran un tiempo determinado; ¿cuánto dura su efecto? La respuesta dependerá de la individualidad de cada padre, docente o alumno. De lo que cada uno se haya movilizado o no para continuar trabajando el tema.
Para hacer una Educación Sexual planificada metodológicamente, con la intención explícita de lograr modificaciones positivas y que abarque a la comunidad en su totalidad, es que se hace necesaria su implementación legal en las Escuelas de todos los niveles educativos.
La Educación Sexual adecuada y eficaz de los adultos debería ser permanente, ya que serán ellos quienes trabajen permanentemente con los chicos y les transmitirán sus ideas y sentimientos quieran o no.
Es imprescindible que los docentes se capaciten para poder comprender y abordar los temas sexuales cotidianos. Una charla sin continuidad es como tirar una gota de agua en la tierra reseca: no produce el efecto deseado. Es fundamental motivar a los docentes, para que -aunque hubiera una Ley de Educación Sexual - ésta pudiera llevarse realmente a cabo
El objetivo principal de la Educación sexual es lograr que cada persona integre de un modo armónico y positivo su dimensión sexual dentro del conjunto de su personalidad y de sus relaciones, y que ésta sea un factor de crecimiento, maduración y bienestar.
En este sentido la educación apunta a la Prevención de la enfermedad y promoción de la salud.
Los objetivos generales de la Educación Sexual incluyen la adquisición de conocimientos, el estímulo de la solidaridad, el respeto y el afecto, la estructuración sana de la identidad, la formación de un sistema de valores sexuales que permita la libertad y la coherencia en las conductas cotidianas, el aprendizaje de acciones determinadas para la prevención y el abordaje de graves problemas como la violencia, el abuso y la explotación sexual infantil.
Los objetivos específicos de la Educación Sexual se delinean de acuerdo a las edades, desde el Jardín de Infantes hasta el último año de la Escuela secundaria. Así mismo, los niveles Terciarios y Universitarios de las Carreras de la Salud, la Educación y las Ciencias Sociales también deberían incluir en sus programas la temática de la sexualidad, para que sus graduados puedan realmente transmitir salud sexual a sus asistidos.
Impartir Educación Sexual es complicado; pero no es imposible. Sólo es cuestión de proponérselo para saber qué hacer cuando las dificultades se presenten y para que la Escuela deje de ser sólo un testigo y pase a ser un mediador en el aprendizaje de la sexualidad, dentro del marco de la educación para la salud y de una adecuada calidad de vida.
ASOCIACION DE PSICOLOGOS DE BUENOS AIRES
SECRETARIA CIENTIFICA
DEPARTAMENTO DE SEXOLOGÍA Y EDUCACIÓN SEXUAL
PROGRAMA DE CAPACITACION
FORMACION EN EDUCACION SEXUAL
"Salud sexual es la integración de los
aspectos afectivos, somáticos e
intelectuales del ser sexuado, de modo tal
que de ella derive el enriquecimiento y el
desarrollo de la persona humana, la
comunicación y el amor."
ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD. 1974.
ANTECEDENTES:
Este Programa se ha dictado desde 1996 hasta el año 2000 en el Consejo Nacional del Menor y la Familia para su Escuela de Capacitación Especializada.
A lo largo de dos rotaciones, han egresado 93 educadores sexuales, que han llevado sus prácticas preventivas a instituciones públicas y privadas.
El Curso fue acreditado por el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), con 500 créditos, como Curso de Postgrado para las categorías A y B y como Carrera de Grado para las categorías C en adelante. Se adjunta anexo informativo.
La siguiente rotación 2001-2002, se dicta en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires para la Secretaría Científica y el Departamento de Sexología y Educación Sexual.
FUNDAMENTACIÓN:
La Sexología es una disciplina científica y humanística que estudia los problemas relativos al sexo y la sexualidad en sus dimensiones bio-psico-sociales, en sus aspectos normales, disfuncionales y patológicos, con el aporte de disciplinas afines reunidas en un campo integrador interdisciplinario.
Aún resulta desconocido para la mayoría de los profesionales de la salud y la educación en que consiste la problemática general de la Sexología. Los temas de estudio -que se detallan en el Programa adjunto- nos muestran la especificidad de la disciplina y la poca difusión de estos contenidos en nuestra formación profesional.
La Sexología abarca dos campos de trabajo: el Clínico y el Educativo. En esta oportunidad nos ocuparemos exclusivamente del área educativa.
Consideramos necesario que los profesionales que trabajamos en las Ciencias humanas tomemos conciencia de la problemática derivada de una inadecuada educación sexual, y que nos comprometamos en la prevención y en la promoción de la salud comunitaria. Cada uno desde el propio lugar de trabajo, siendo conciente de sus capacidades, posibilidades e ideología de vida; instrumentando metodologías y técnicas específicas de la Educación de la Sexualidad que faciliten el informar, aprender, conocer, desmitificar y poner palabras claras y ciertas a lo cotidiano.
PREMISAS BÁSICAS:
Reconociendo a la Educación de la Sexualidad como fuente de Prevención primaria de las dificultades sexuales y vinculares, y como vía para acceder a una sexualidad sana, placentera y responsable, consideramos indispensable: Jerarquizar el rol del educador de la sexualidad, delinear su perfil y delimitar su ámbito de trabajo específico.
Jerarquizamos el rol del educador de la sexualidad:
· Trabajando en un amplio espectro informativo y formativo.
· Promoviendo la revisión de valores, creencias y actitudes personales.
· Privilegiando el accionar comunitario, la comprensión e investigación de redes sociales.
Delineamos que el educador de la sexualidad posea un perfil con:
· espontaneidad, expresividad, sinceridad, flexibilidad y capacidad para ponerse en el lugar del otro;
· una actitud positiva y coherente con su propia sexualidad;
· una mirada comprensiva, sin prejuicios ante la ideología y actitudes de los otros;
· sólidos conocimientos en sexualidad humana;
· capacidad de reconocer sus propias limitaciones como educador, para instrumentar elementos que lo prevengan de situaciones problemáticas en el ejercicio del rol;
· conocimiento -desde una mirada antropológica- del ámbito sociocultural donde ejerce, con el fin de no interpolar ni hacer reduccionismos al abordar su tarea.
Ambito de trabajo: El Educador de la sexualidad podrá aplicar su capacitación en:
· Educación: Planificar y poner en práctica programas formativos.
· Prevención: Realizar actividades asistemáticas informativas y orientadoras (cursos, talleres, grupos de reflexión, charlas, etc.)
· Investigación: Realizar estudios e investigaciones sobre el comportamiento sexual humano, desde el punto de vista social y cultural.
· Orientación: Instrumentar soluciones posibles ante situaciones de índole sexual en el ámbito comunitario e impulsar acciones concretas. La orientación a personas o parejas no podrá incluir el diagnóstico clínico ni el tratamiento de problemáticas sexuales.
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